En un contexto en el que los estilos de trabajo flexible siguen avanzando a nivel mundial. Esta semana el presidente anunció un proyecto de ley para impulsar el teletrabajo en Chile. Se trata de poder brindarle a los trabajadores la posibilidad de trabajar desde lugares que no sean la oficina de la empresa con el objetivo de ahorrar tiempo y mejorar el equilibrio entre la vida personal y laboral. Se trata de modernizarse y adaptarse a las demandas de los trabajadores, según las propias palabras del presidente de la Nación.
Chile comienza a recorrer de esta manera el mismo camino que en la región ya recorre con éxito Colombia que cuenta hoy en día con 122.278 teletrabajadores (según datos de un estudio realizado por Corporación Colombia Digital y el Centro Nacional de Consultoría). Y en el que Brasil comenzó a avanzar a partir de la ley de teletrabajo sancionada el año pasado.
El teletrabajo tiene muchos beneficios tanto para el empleado como para el empleador si se implementa de la manera adecuada. Dejar atrás el paradigma de que para ser productivos hay que estar 9hs sentados en la oficina requiere de planificación y tecnología. En este sentido quisiera compartirles algunos puntos que las empresas deben considerar a la hora de habilitar el teletrabajo:
- Identificar quienes pueden teletrabajar y quienes no: Existen muchos puestos laborales que pueden ser realizados desde las casas y otros, que necesariamente, deben permanecer en la oficina. En este sentido, el rol del departamento de Recursos Humanos es clave para clasificar qué tareas pueden ya no realizarse más desde las oficinas de la empresa.
- Ayudar a los empleados en la transición: Algunos se adaptarán muy rápido al teletrabajo y otros quizás no. Por eso es importante acompañarlos con capacitaciones y mejores prácticas.
- Desarrollar una política de implementación: Es importante desarrollar políticas internas que definan esta modalidad de trabajo, herramientas a utilizar, normativas y cómo se medirán los resultados. En general al teletrabajar se pasa de cumplir un horario a cumplir objetivos.
- La cultura corporativa y los estilos de liderazgo deben adaptarse: La cultura corporativa debe aceptar y fomentar estos estilos de trabajo y los líderes de la empresa deben también adaptarse a liderar empleados que ya no están a la vista. Esto también requiere de capacitación y de confiar más en el staff.
- La tecnología no es un punto menor: Ante empleados distribuidos en diferentes locaciones el rol de la tecnología es clave para fomentar la colaboración, garantizar la productividad y la seguridad de los datos corporativos. Ellos deben poder acceder a sus datos y trabajar con la misma calidad que si estuvieran en la oficina. Deben contar con herramientas que les permita estar en contacto con sus equipos y ser productivos. Y, al estar fuera de la seguridad del edificio corporativo, es clave contar con soluciones que mantengan los datos clave de la empresa resguardados.
- La cultura de colaboración debe ser respaldada por tecnología: es fundamental permitir que los empleados tengan una experiencia de trabajo colaborativo tal cual tendrían en la oficina. Para esto necesitan plataformas de colaboración donde sea posible la integración de equipos de manera simple, ya sea para una conferencia de audio o video, o utilizar espacios de trabajo colaborativos a través de sus dispositivos móviles donde puedan compartir ideas formando equipos de trabajo virtuales. Esto permite incluso expandir las fronteras de las oficinas y contar con expertos de otras ciudades o países.
Los estilos de trabajo flexibles nos acercan al trabajo del futuro y se alinean a las expectativas de las nuevas generaciones de empleados que le demandan nuevas formas de concebir el trabajo a las empresas. Para las compañías, existen múltiples beneficios de estas modalidades como el incremento en la productividad, la reducción de costos fijos y la retención de talentos. La clave es implementarlo de forma planificada para realmente poder beneficiarse de todas sus ventajas.
