Mucho se discute acerca de la participación de las mujeres en el mercado laboral, principalmente en lo que se refiere a igualdad de condiciones para la equidad salarial y en el número de mujeres en puestos de liderazgo…
Por Andrea Penha, vicepresidenta de Solutioning para Mercados Estratégicos de Kyndryl
Mucho se discute acerca de la participación de las mujeres en el mercado laboral, principalmente en lo que se refiere a igualdad de condiciones para la equidad salarial y en el número de mujeres en puestos de liderazgo. Vimos este debate tomar más fuerza en marzo, cuando se celebra el Día Internacional de la Mujer, pero debería estar en la agenda de la sociedad permanentemente. Si bien hemos avanzado algo, aún estamos lejos del ideal, y este debate es especialmente importante en el sector de las tecnologías de la información, en donde represento a las mujeres desde 1999.
Mujeres en el mercado de TI
No es que las grandes empresas del sector sean ajenas a este tema, en las compañías en donde he trabajado siempre he visto una preocupación genuina por promover la equidad de género, tuve el espacio y las oportunidades para crecer, y hoy tengo el privilegio de ocupar un puesto de liderazgo y de ver a otras mujeres ascender a puestos importantes en la empresa.
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La industria de TI está creciendo exponencialmente, con gran impacto en la demanda de mano de obra calificada. Las proyecciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) muestran que para 2025 el mercado latinoamericano demandará alrededor de 1,2 millones de nuevos profesionales del desarrollo.
En un mundo cada vez más dependiente de la tecnología, los trabajadores con fuertes habilidades en el área son altamente demandados. Las habilidades tecnológicas son cruciales para generar innovación, crear eficiencias operativas y establecer ventajas competitivas. Sin embargo, la proporción de hombres y mujeres en carreras STEM sigue siendo casi la misma que hace 25 años, de 80% a 20% respectivamente, de acuerdo con un estudio del Center for Creative Leadership.
Otra estadística preocupante es que dos tercios de las mujeres que se incorporan al sector tecnológico lo abandonan en un plazo de 15 años y más de la mitad decide cambiar de campo en el plazo de un año. La razón principal es que la mayoría no siente que cuenta con el apoyo necesario para hacer crecer su carrera y no encuentra igualdad de condiciones para lograrlo, especialmente en América Latina. Esta realidad está relacionada con los llamados sesgos inconscientes, que son prejuicios, estereotipos o pensamientos preconcebidos acerca de un determinado tema o grupo social, y que interfieren en nuestra vida profesional y en el conjunto de la sociedad.
Aunque parezca obvio, para que esto cambie es necesario que las empresas promuevan programas coherentes para fomentar la diversidad en su conjunto, incluida la promoción de la equidad de género. La reestructuración de la representatividad en las empresas comienza en los procesos de contratación y selección, y debe formar parte de los programas de promoción y del plan de desarrollo de los empleados. La igualdad de género y la diversidad deben ser una prioridad para los ejecutivos de nivel C y deben impregnar todos los procesos de la empresa.
Ventajas como la posibilidad de trabajar a distancia, la flexibilidad horaria, el día libre por los cumpleaños y los permisos para acompañar a familiares en compromisos de salud, por ejemplo, son importantísimas para promover un entorno de trabajo más inclusivo. También lo es la promoción de un entorno corporativo seguro y libre de acosos, en el que las mujeres podamos trabajar sin más preocupaciones.
Otro punto de atención para que tengamos más mujeres en el mercado de TI es asegurarnos de que cuenten con mayor información acerca de los campos STEM y sus numerosas oportunidades. Esto significa educar desde una edad temprana sobre las opciones profesionales y los medios de aprendizaje a su disposición. De este modo, no sólo podemos despertar la curiosidad y el interés de las jóvenes, sino también informarles sobre las formas de tener éxito en sus carreras y, desde una edad temprana, cómo destacarse en estos campos.
Como siempre, para que se produzcan cambios estructurales, cada uno debe hacer su parte. Estoy orgullosa de pertenecer a una organización que está tratando de hacer lo suyo, y espero que el esfuerzo de muchos otros dé sus frutos. El mercado tecnológico crece rápidamente, las oportunidades son muchas y las mujeres tienen las competencias necesarias – y oportunidades para desarrollarlas – para beneficiarse de este movimiento.
