Lo que sucede en la realidad, no es el metaverso

Ramón Edelyv

Por: Ramón Edelyv

Mira.


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Mark Zuckerberg, quien no me habla, ni me escribe, ni me llama; dueño y fundador de Facebook, que ahora se llama Meta (no Mark, Facebook), ha gastado millones de dólares en lo que él denomina “el metaverso”. Un mundo en realidad virtual que según Zuckerberg es el futuro de las conexiones humanas.

¡Dios nos libre de esa perspectiva sociológica!

1500 dólares cuesta visitar Horizon Worlds, su especie de parque temático.

Pero a pesar de los mas de diez mil millones de lechugas que ha gastado en lo que va de este año y los doce mil millones de verdes que invirtió el año pasado, no arranca.

Y es lógico, la realidad es que la realidad es una sola.

Esta

Si, la realidad es una sola, pero hay gente que se empeña en esconderla o en buscar excusas para no verla y también quienes, como mi compadre Zuckerberg, intentan sustituirla.

Pero insistote: la realidad es una.

Ahora, hay quienes no quieren ver la realidad real; es decir, la realidad de que tu trabajo no es bueno…

Que el negocio está decreciendo…

Que los pantalones acampanados ya no se usan…

Que si se te está cayendo el cabello y no es porque la luna no está en menguante…

Que envejeciste (perdón, que estás entrade en años) y, por lo tanto, no debes hacer las cosas que hacías antes…

Que eres desobediente y por eso te suceden esas cosas…

Que los perros muerden…

Que las serpientes no son mascotas…

Que si sales tarde no puedes llegar temprano (así decía mi santo padre) …

Que, si hay buenos amigos y amigas, pero hay otros y otras que no…

Que donde hubo fuego, cenizas quedan (a menos que la chimenea fuera ficticia) …

Que los autobuseros aumentan el pasaje cuando les da la gana …

Que las operadoras de cable e Internet te prometen de todo y luego te dicen que “es la tarjeta” (y te siguen cobrando) …

Que antes mandabas a reparar algo y quedaba bien, y ahora tienes que regresar sopotocientas veces hasta que te cansas y vas a otra parte o a otro técnico, para repetir la historia…

Que el precio del petróleo se tasa en dólares…

Que cuando llevas el carro al taller por un ruido, el mecánico no lo escucha y te dice que “no tiene nada” …

Que cuando en el supermercado te pasas de una fila a otra, la fila donde estabas comienza a moverse…

Que si fuiste amigue de alguien y luego tuvieron una relación, jamás serán amigues de nuevo…

En resumen: si tiene orejas de cochino, patas de cochino, ojos de cochino, rabo de cochino, trompa de cochino y chilla como un cochino; ¡no es un tuqueque! ¡ES UN COCHINO!

Tal vez para Berger y Thomas Luckmann, la realidad se establece como consecuencia de un proceso dialéctico entre relaciones sociales, hábitos tipificados y estructuras sociales, mirado desde un punto de vista social… Pero eso, es un cochino… O un marrano o un cerdo o un lechón grande o un puerco, pero otra cosa no es. Y si lo que tú ves es un plátano, un róbalo o un gato sonriendo, es un imaginario, o lo que es lo mismo; una imagen simbólica a partir de la que desarrollas una representación mental. Pero, ¡no es la realidad!

¡Epa! Y ver la realidad nada tiene que ver con el pesimismo o el optimismo. Sin embargo, entender tu realidad es el punto de partida para cambiarla (si es menester).

Probablemente, no viene al caso, pero acabo de recordar que Antoine de Saint-Exupéry, en el Principito, dice que siempre serás “demasiado algo para algunas personas”:

Demasiado tímido (a)
Demasiado gritón
Demasiado suave
Demasiado duro(a)
Demasiado trabajador(a)…

Y, si te dejas llevar por la corriente, entonces no eres tú; y eso, solo lo puedes cambiar desde aquí, o sea desde tu hoy.

Mira, tu realidad tiene bastante que ver con tu pasado.

Y hay una cosita… tu presente; tu hoy, será pasado…

¿Entonces?

Creo que queda claro.

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