La mayoría de los países han iniciado el proceso de vacunación contra el covid 19. Por fin se comienza a superar esta calamidad de muertos, encierro y recesión. En el balance cuantitativo registramos a la fecha casi 96 millones de contagiados y 2,1 millones de fallecidos. Además la economía mundial habría experimentado según el FMI una caída de 4,4% de su PIB en el 2020, la peor crisis económica desde el fin de la segunda guerra mundial.
A pesar de que esta crisis sanitaria no tiene comparación en sus efectos respecto a las grandes epidemias que ha sufrido la humanidad, dejará una profunda huella entre los que la padecimos. Y vislumbrando la luz al final del túnel es legítimo preguntarse que es lo que nos espera la salida. La mayoría de los expertos consultados presentan un panorama pesimista. Gobiernos endeudados; una brecha de gastos versus ingresos difícil de cuadrar; alto desempleo y la quiebra de millones de empresas del sector servicios, son parte del sombrío diagnóstico.
Pero nuestra civilización ha probado ser bastante más resiliente que lo que auguran los expertos. La peor epidemia de los últimos 100 años, la gripe española, habría matado cerca de 40 millones de personas, equivalente al 1,7% de la población. Es decir más de 60 veces la tasa de mortalidad del covid 19. ¿Y qué pasó en el mundo después de este desastre? Tuvo uno de los períodos de expansión económica y social más importantes de la historia, los “locos años 20”. Se masificaron el automóvil, la radio y sobre todo la electricidad. En este período se popularizaron la mayoría de los electrodomésticos que facilitan nuestra vida: el refrigerador, la lavadora, la aspiradora, entre muchos otros. Con la ampolleta eléctrica dejamos de depender de la luz solar.
La humanidad ha demostrado que después de las crisis se desata la capacidad creadora del ser humano, disminuyen las barreras para el cambio y se apoyan proyectos que antes se habrían rechazado por temerarios. Análogamente en los próximos años la automatización, la inteligencia artificial y la digitalización podrían traernos el mismo salto económico y de calidad de vida que provocó la electricidad en tiempos de nuestros bisabuelos.
Chile no ha sido ajeno a este avance tecnológico. Han surgido numerosas empresas que han buscado nuevas soluciones para hacer más rápida, eficiente y cómoda nuestra vida. Destaco al menos dos que presentan desarrollos en la frontera del desarrollo tecnológico mundial.
“Notco” utiliza inteligencia artificial para decodificar los sabores y texturas de alimentos de origen animal y luego los replica en comida producida en base a ingredientes vegetales. En los últimos meses ha creado una mayonesa a partir de garbanzos, en vez de huevos; una leche que sabe idéntica, pero no es leche; y un helado hecho a partir de piña, repollo y arvejas. El mismo sabor, pero más sano.
Otro caso interesante es “Spid 35”, la primera cadena de conveniencia completamente digital. Hasta ahora estas eran extensiones de las cadenas físicas o estaban asociadas a un operador de última milla. “Spid 35” está concebido para tener una existencia sólo virtual. Utilizando espacios ociosos de todas las banderas del grupo Cencosud, la nueva empresa ofrecerá un mix de 1600 productos en un tiempo de despacho máximo de 35 minutos.
Es de esperar que muchas compañías chilenas se atrevan también a experimentar y utilizar la tecnología disponible para ingresar a este selecto grupo de avanzada. Sólo así podremos estar seguros de que lo mejor está por venir.
