América Latina entre la esperanza y el abismo

Julio César Briseño Cruz, CEO de Cénit

«América Latina entre la esperanza y el abismo», es el tema que nos propone Julio César Briseño Cruz, CEO de Cénit, consultoría de negocios y banca de desarrollo.

Ante una nueva era en todos los ámbitos, pero de manera especial en la actividad comercial, América Latina enfrenta una encrucijada que puede catapultar a la región o abandonarla en el rezago. La elección es multifactorial y cada uno de los actores económicos de las industrias, como el retail de la región, juegan desde ahora un papel principal.


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Responder a las turbulencias actuales y a los principales desafíos, como la desaceleración del crecimiento económico, inflación, seguridad energética,  cambio climático, tensiones políticas y estrés en la cohesión social, puede parecer abrumador, pero hay motivos para el optimismo.

En el período de posguerra, a pesar de los períodos intermitentes de interrupción significativa, el mundo en su conjunto se transformó. Surgieron nuevas mayorías. La proporción de la población mundial conectada a través de sus teléfonos móviles e Internet se disparó por encima del 50 por ciento. Para 2019, el 53 por ciento de la población mundial tenía ingresos superiores a la línea de pobreza más alta del Banco Mundial de 6,85 dólares por día. La proporción del crecimiento del PIB mundial proveniente de países de ingreso bajo y mediano aumentó por encima del 50 por ciento.

América Latina todavía opera muy por debajo de su pleno potencial tanto como región como a nivel de sus países constituyentes. Tiene fortalezas intrínsecas notables: una población de más de 600 millones con una alta proporción de adultos jóvenes, enormes reservas de minerales y abundantes recursos energéticos, y una extensa biodiversidad.

Sin embargo, históricamente la región no siempre logra aprovechar sus fortalezas. Su desarrollo se ve limitado por una serie de factores limitantes, incluidos niveles más bajos de capital humano,  sector financiero subdesarrollado y  relativa falta de inversión en infraestructura además de instituciones públicas más débiles y  limitaciones en la gobernanza.

Estas cuestiones no son nuevas, pero la perspectiva de una nueva era en los próximos años hace que su resolución sea aún más urgente.

La transición a una nueva era es una bifurcación en el camino para América Latina. Si la transición se maneja bien, la abundancia de recursos críticos de la región para la transición neta cero podría estimular la inversión en infraestructura y capital humano, y podría catalizar tanto la transferencia de tecnología como la innovación.

La globalización cambiante, asimismo, podría ayudar a América Latina a estar más conectada: con el financiamiento, los mercados y las corporaciones globales. Su población es joven, apoya oportunidades de crecimiento y nuevas formas de hacer las cosas. Podría surgir un círculo virtuoso en el que la inversión y la innovación aumenten la productividad, los ingresos privados y públicos, y construyan el stock de capital humano y de otro tipo, para permitir un mayor crecimiento.

Esta podría ser la oportunidad de la región de experimentar la expansión económica en auge que se observa en los países de ingresos medios superiores en otros lugares.

Por el contrario, si la transición se maneja mal, la región podría encontrarse con una creciente desigualdad,  tensiones sociales y estancamiento económico.

La adopción tecnológica, capacitación del personal, planes a largo plazo y detección oportuna de los vaivenes de mercado, por lo pronto, son  factores cruciales del éxito retail en América Latina.

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