Desde el 24 de diciembre con la llegada del primer lote de vacunas al primer país latinoamericano, nos hemos preguntado si nuestro país cuenta con la infraestructura necesaria para almacenarlas, centros de ultracongelación para vacunas como la de Pfizer-BioNTech o si tenemos la capacidad de realizar la distribución secundaria (del centro de distribución hacia el puesto de vacunación) y que nuestras autoridades logren vacunar a una población que asciende a 130 millones de habitantes.
Tanto la vacuna de Moderna como la de Pfizer requieren de 2 aplicaciones. La vacuna de CanSino, con la que se arrancará la fase 2 del plan desarrollado, conlleva un manejo más simple, pero será una distribución mucho más detallada, domicilio por domicilio. ¿Cuál es la mejor cadena de suministro para este tipo de escenarios?
Priorización y planeación para vacunar bajo una cadena de suministro resiliente
Como parte de desarrollar un plan de aprovisionamiento correcto deberemos conocer las variantes relevantes que pueden impactar nuestra estrategia de aprovisionamiento y distribución. Una de las lecciones más relevantes que nos dejó el 2020 fue que debemos siempre estar preparados para manejar el riesgo.
El plan nacional de vacunación actual contra el SARS-CoV-2, contempla la priorización de la población de acuerdo con su comorbilidad. Con 2 tipos de vacunas aprobadas ya en el país, se debe reflexionar dónde serán las mejores ubicaciones para contener los inventarios, sobre todo cuando se debe considerar cadenas de frío y manejo específico para hacerlas llegar a los centros de vacunación.
Este tipo de reflexiones no solo aplican para lo que actualmente estamos viviendo, sino para cualquier tipo de cadena de suministro. El pico de trabajo de las operaciones sigue subiendo y las disrupciones sanitarias aún están a la orden del día, por lo que incluir en nuestros métodos y plataformas variantes relevantes como capacidad del centro de distribución, políticas de niveles de servicio y políticas de niveles de inventarios segmentadas, es fundamental para la construcción de una cadena de suministro resiliente.
Visibilidad obligatoria
Si bien nuestro plan de distribución puede indicarnos la capacidad y la velocidad con la que podemos operar, la visibilidad de dónde puede aplicar y tipo de vacuna, pero si contamos con un visor que nos permite entender cuántas vacunas quedan disponibles de acuerdo con la programación por día y segmento de población, deberemos ser capaces de mantener la merma en los rangos adecuados, así como los riesgos de desabasto y/o no de cumplir con los objetivos diarios de la campaña.
La misma reflexión podemos utilizar para nuestros negocios. Recordemos que, si no podemos identificar el riesgo o problema, no podremos dar solución pronta y expedita.
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