Nueromarketing: «ruido» el fallo en la toma de decisiones

neuromarketing cerebro

Ruido, un fallo en el juicio humano (2021) es el título del último libro del psicólogo y Premio Nobel Daniel Kahneman, escrito junto a Olivier Sibony y Cass Sunstein. No hace falta una bola de cristal para intuir que este trabajo tendrá el mismo éxito que su anterior superventas, Pensar rápido, pensar despacio (2011).

El tema central que nos propone esta nueva publicación responde a uno de los aspectos más estudiados y apasionantes de la psicología: la toma de decisiones y su variabilidad. Pongamos un ejemplo: ante un mismo delito, dos jueces pueden emitir sentencias diferentes. Aún más, ante un mismo problema médico, dos médicos hacen diagnósticos también distintos.


Banner_frasco-suscripcion-800x250

¿Cómo puede ser? ¿A qué se debe esa variabilidad en la toma de decisiones ante circunstancias semejantes? Para Kahneman este fenómeno es mucho más complejo que los prejuicios o los sesgos cognitivos. A esta realidad cognitiva en la que dos juicios que deberían ser idénticos varían la ha bautizado con el término “ruido”. Comprendamos por qué.

¿Qué es exactamente el “ruido” del que nos habla Daniel Kahneman?

Daniel Kahneman ganó un Premio Nobel junto a su colega el psicólogo israelí Amos Tversky por ser pioneros en revelarnos algo que hacemos a diario y de lo que no somos conscientes. Los sesgos cognitivos moldean por completo nuestros juicios, de manera que muchas decisiones económicas, por ejemplo, pueden ser más irracionales que racionales.

En la actualidad nos propone otra idea. Muchas de nuestras decisiones no solo están mediadas por sesgos cognitivos, también están “contaminadas por el ruido”. Pero, ¿a qué tipo de ruido se refiere este experto en psicología del juicio y la toma de decisiones? Dicho término hace referencia a un interesante concepto estadístico.

La curiosa variabilidad en el ser humano a la hora de tomar decisiones semejantes

Médicos, abogados, psiquiatras, economistas… Hay muchas áreas de la sociedad en las que sus protagonistas emiten juicios diferentes ante realidades semejantes. El origen de estas particularidades no está solo en los sesgos cognitivos, está en el ruido. Para definir esta problemática, Daniel Kahneman pone el ejemplo de un analista de huellas dactilares.

Es como si al tener una única huella dactilar, el analista decide por la mañana que la huella es concluyente y por la tarde, dictamina que no es una prueba válida. Esta variabilidad en la decisión no es útil. Esto es lo que sucede en muchos escenarios. Hay médicos, psiquiatras y jueces que ante hechos similares dan dictámenes dispares.

Y a esto, a la invalidez a la hora de concluir en algo claro, se le llama ruido en el ámbito de la estadística.

El ruido es la variabilidad donde no quieres que la haya

Si hay algo que necesita el ser humano es coherencia. Es lo que esperamos también de nuestras instituciones, de los agentes sociales y de las personas que nos atienden a diario o que se ocupan de temas relevantes. Queremos que todas estas figuras hablen en una sola voz. Si un juez emite un tipo de sentencia ante un crimen concreto, queremos que otro juez emita la misma sentencia ante otro delito idéntico.

De este modo, cuando nuestros escenarios sociales se llenan de ruido y de variabilidad, lo que experimentamos es desconfianza. Sin embargo, lo más llamativo es que hay trabajos que están libres de esta dimensión. Por ejemplo, los empleados de correos o los servicios de mensajería de las grandes empresas realizan tareas complejas siguiendo pautas idénticas. En estos casos, no hay “ruido”.

Los errores en las decisiones de juicio y la incapacidad para tomar conciencia de ello

Es más fácil identificar un sesgo cognitivo que la presencia de ruido en las decisiones y los razonamientos. Esta es la premisa de la que parte Kahneman y sus colaboradores. Este enfoque, aplicado al mundo de la empresa y las finanzas, ya fue un tema de interés para el psicólogo Paul Slovic, presidente de la la Decision Research.

Esta institución está conformada por científicos y expertos que estudian la toma de decisiones en momentos en los que hay riesgos. En su trabajo de investigación del año 1972, ya destacaba la importancia de conocer los factores que hay detrás de estos comportamientos. De este modo, el libro de Kahneman y su concepto del ruido demuestran lo siguiente:

  • Figuras sociales de mayor relevancia y responsabilidad (como médicos y jueces) toman decisiones basadas en la experiencia informal y en principios generales, en lugar de por reglas rígidas y consensuadas.
  • En ocasiones, decidir basándose en esos factores puede ser adecuado Sin embargo, en buena parte de los casos, tomar una decisión partiendo de ideas generales y no de reglas concretas resulta tan erróneo como intolerable.

Auditorías para identificar el ruido como solución

La conclusión es tan significativa como preocupante. Son muchos los profesionales que deciden aspectos de gran trascendencia diferenciándose en mucho de sus pares. Se basan en reglas elaboradas por ellos mismos y no en las que son propias de su profesión. Esto provoca que surjan desde grandes injusticias, errores insalvables y pérdidas de dinero.

Daniel Kahneman aboga por crear auditorías basadas en la identificación del ruido. Para ello, los líderes y los profesionales deben estar preparados para asumir una realidad que les puede ser desagradable. Solo así actuarán en consecuencia.

Este es un problema invisible que existe en casi cualquier escenario social, porque cuando hay alguien habituado a emitir juicios siempre correrá el riesgo de introducir ruido en ese razonamiento. Es como cuando alguien que conoce a la perfección las reglas del ajedrez decide de pronto mover los peones o a la reina de manera diferente…

Banner_azules
Reciba las últimas noticias de la industria en su casilla:

Suscribirse ✉