Neuromarketing: Un descanso ante tanta actividad laboral

Cuando no estamos ocupados con otros pensamientos y actividades, nos enfocamos hacia adentro así como hacia las interacciones sociales.

Siempre se ha dicho que aburrirse era bueno para los niños, ya que estimulaba la imaginación. Ahora, un estudio del Instituto Politécnico Rensselaer, en los Estados Unidos, desvela que aburrirse de vez en cuando, tanto en pequeños como en adultos, es fundamental para la salud del cerebro.

Alicia Walf, neurocientífica y profesora titular del Departamento de Ciencias Cognitivas del Instituto Politécnico Rensselaer, sostiene que el cerebro, que está pensando y lidiando con decisiones y factores estresantes constantemente, a pesar de su gran capacidad, tiene sus límites.


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Por ello, aburrirse puede mejorar las conexiones sociales. Diferentes estudios realizados por neurocientificos han descubierto que ciertas áreas del cerebro están «encendidas» cuándo las personas no hacen nada.

Relación entre aburrimiento y creatividad

Esto supone que tenemos lo que se llama una red de modo predeterminado y que cuando no estamos ocupados con otros pensamientos y actividades, nos enfocamos hacia adentro así como hacia las interacciones sociales.

«Dale una oportunidad al aburrimiento para ver qué se le ocurre a tu cerebro»

Otras investigaciones han hallado la relación entre aburrimiento y creatividad. Grandes ideas y resolución de problemas han tenido lugar cuando se ha dejado de pensar en ello.

Los investigadores han mostrado diferentes patrones de actividad cerebral cuando las personas resuelven problemas en comparación con el trabajo cognitivo paso a paso para la resolución de los mismos.

Además, aburrirse puede mejorar la salud general del cerebro. Según Walf, durante los momentos de mayor emoción, el cerebro libera una sustancia química llamada dopamina que está asociada con el bienestar. Cuando el cerebro ha caído en un patrón predecible y monótono, muchas personas se sienten aburridas, incluso deprimidas. Esto puede deberse a que tenemos niveles más bajos de dopamina.

Un enfoque es volver a entrenar al cerebro para que realmente se disfrute de estos momentos menos excitantes y, quizás, aburridos. Especialmente, cuando somos jóvenes, nuestros cerebros son capaces de adaptarse a nuevas formas de pensar y comportarse. «Dale una oportunidad al aburrimiento para ver qué se le ocurre a tu cerebro», sostiene Walf en declaraciones recogidas por Neuroscience News.

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