Neuromarketing: marketing emocional, una nueva forma de vender

 

El marketing emocional es un término que surge en la nueva era de la comunicación, donde los consumidores buscan sentir emociones que le atraigan a la marca antes que la propia compra. Gracias a esto, el negocio gana más que con un simple producto vendido, pues se trata de una conexión y fidelidad más rentable que será notoria en el largo plazo.

La pregunta es, ¿qué vinculación hay entre las emociones y el proceso de compra-venta de un producto? En la actualidad se han unido procesos neurológicos de gran avance para la sociedad, modelos que nos permiten crear una nueva mirada en las negociaciones. Para eso hay que conocer más sobre esta innovadora forma de incrementar los ingresos.


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¿Qué es el marketing emocional? 

Desde que las ventas se iniciaron, la meta de la empresa era solo vender. Allí se depositaban todas las habilidades y destreza del equipo. Los tiempos han cambiado y actualmente, con el marketing emocional, los procesos se enfocan en conocer al cliente objetivo ideal.

«¿Qué necesita realmente?» y «¿Cuál es la mejor solución a sus problemas?» son algunas de las preguntas que se debe definir un buen vendedor. El proceso comercial pasa de algo frío y simple, a un método más profundo y directo que busca engagement.

Si ponemos de ejemplo a Facebook, una plataforma digital con más de 2.000 millones de usuarios en el mundo, nos da un claro ejemplo de esta nueva estrategia. Su equipo entendió que la clave era segmentar en profundidad los gustos, deseos y necesidades de cada usuario.

En el proceso de interacción y engagement es donde las emociones juegan un papel importante. Recordemos que nuestros clientes son seres humanos y, según las investigaciones, por naturaleza somos seres sociales.

¿Cómo funciona el marketing emocional?

La palabra ‘emoción’ proviene del latín, ‘emotio’, y explica la variación efímera del estado de ánimo. Puede variar en función a un estímulo recibido y en función a ello, puede resultar una emoción agradable o desagradable. Esto genera en la persona una motivación, un impulso o un rechazo a seguir en el proceso. La clave está en la memoria, porque es donde se encuentran nuestras emociones guardadas, las que nos han dejado huella y nos permite recordar un momento similar.

En resumen, si fuimos bien tratados en determinada actividad, jamás lo olvidaremos. Pero, si tuvimos una mala experiencia, no saldrá de nuestro recuerdo con facilidad. Entonces, ¿cómo funciona esto?:

1. Se recibe un estímulo que rompe diferentes obstáculos creados internamente en cada uno de nosotros.

2. Una vez penetrado el estímulo, se crea la emoción, negativa o positiva. Como si fuese un traductor online que recibe información en un idioma para convertirla en otro.

Este sistema de traducción de acciones a emociones pasa en cualquier situación de nuestras vidas. En el marketing emocional sucede exactamente igual, pero asociado a una marca, producto o servicio. Cuando una empresa nos hace sentir cómodos y estables, serán bien recordados. En cambio, una emoción negativa produce el efecto contrario.

¿Qué resultados genera el marketing emocional?

Una marca capaz de lograr que el marketing emocional se ejecute correctamente, puede ocasionar éxitos muy efectivos y duraderos en los clientes. La clave está en conocer perfectamente a su cliente, saber qué desea, cómo lo quiere, qué solución es la correcta y aspectos similares.

Identificar todos estos elementos en el cliente nos acerca de una manera positiva, emotiva, motivacional y duradera. El resultados es un cliente feliz, fidelizado y un recomendador directo de la marca.

No es un proceso fácil de lograr, de entender o asimilar. Los actores involucrados deben generar escenarios de confianza, seguridad y lealtad para poder indagar en las necesidades del cliente.

Un canal ideal son las redes sociales, los blogs, los foros y los chats. Cualquier otro tipo de interacción que nos permita saber con detalle qué pasa. Es hora de invertir en el mercado online, bajo el marketing emocional y poder entrar en el mundo real y diario del cliente.

Los consumidores se dejan llevar por los impulsos que les generan las marcas y se decantan por aquellos por los que se sienten más identificados.

Hay estudios que han desvelado como el 80% de las compras son motivadas por las emociones. ¿Qué pasa si como empresa generas esos estímulos en los clientes ideales para que compren tu marca? Estaríamos en presencia de una estrategia que garantice el éxito del negocio.

Si combina el pensamiento emocional y el racional, estaría llegando a más personas que necesitan de ti, pero aún no lo saben. Cuando esta conexión de amor ocurre, en el marketing se le conoce como Lovemarks.

¿A qué espera? Haga que sus clientes se enamoren perdidamente de su marca y generen el rendimiento que tanto buscas.

 

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