Neuromarketing: La neurociencia de los penaltis

¿Son los penaltis el sueño o la peor pesadilla de un jugador de fútbol? Lo que debería ser un tiro fácil puede convertirse en una desafío cuando la presión del público descansa sobre los hombros de un jugador, lo que le lleva a ahogarse bajo presión. Para responder a esta pregunta, el equipo de Nattapong Thammasan, de la Universidad de Twente, ha estudiado la actividad cerebral de varios voluntarios mientras tiraban penaltis en un entorno de campo de fútbol en diferentes circunstancias. Su estudio, publicado esta semana en la revista Frontiers in Computer Science, indica que las personas que fallaron los tiros a portería activaron más las áreas del cerebro involucradas en el pensamiento a largo plazo, lo que sugiere que estaban pensando demasiado en las consecuencias de fallar el tiro.

«¿Cómo puede ser que los jugadores de fútbol con un control casi perfecto sobre el balón, que pueden patear un balón con mucha precisión a más de 50 metros, no logren marcar un penal desde solo 11 metros?”, se pregunta Max Slutter, coautor del estudio. «Obviamente, una gran presión psicológica juega un papel, pero ¿por qué esta presión causa un penalti fallado? Intentamos responder a esto midiendo la actividad cerebral de los jugadores de fútbol durante la ejecución física de un penalti”, explica.


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Penaltis fuera del laboratorio

Los autores de la investigación reclutaron a 22 voluntarios para lanzar penaltis y midieron su actividad cerebral utilizando una técnica llamada espectroscopia funcional de infrarrojo cercano (fNIRS), que implica el uso de un sistema de medición de señales acoplado a la cabeza y puede medir la actividad cerebral en movimiento. El estudio es el primero en investigar la neurociencia detrás de la presión en condiciones realistas fuera de un laboratorio.

Los voluntarios intentaron marcar penaltis bajo diferentes condiciones de presión: en una situación relajada contra un portero amistoso y en una situación de alta presión en la que el portero intentaba distraerlos y además había un premio en juego. «Descubrimos que los jugadores que se desenvolvían mejor bajo presión activaban áreas del cerebro relevantes para la tarea«, explica Thammasan. “Por ejemplo, una mayor activación de la corteza motora se relacionó con el desempeño bajo presión. Esto parece lógico, ya que el movimiento es uno de los elementos más importantes al momento de ejecutar un penalti”, añade.

Pero en los jugadores que tendían a experimentar más ansiedad y fallaban más penaltis, otra área del cerebro estaba más activa: la corteza prefrontal. Esta región del cerebro está involucrada en el pensamiento a largo plazo, lo que sugiere que tales jugadores estaban pensando en las consecuencias de fallar el tiro, lo que afectó a sus tiros y a su resultado.

Este tipo de resultados se ha visto de manera similar en los lanzamientos de tiro libre en baloncesto, donde en situaciones de presión los jugadores que elevan la acción del tiro al nivel consciente tienen un mayor porcentaje de errores y se producen otros sesgos. Los investigadores creen que la tecnología fNIRS podría ayudar a los jugadores a desenvolverse mejor bajo presión al permitirles saber cómo se comportan sus cerebros. Los autores del trabajo plantean la hipótesis de que los jugadores podrían entrenarse para activar regiones cerebrales beneficiosas en situaciones de alta presión. Según los cientñificos, la técnica también podría ser beneficiosa para otras profesiones donde el desempeño bajo alta presión es importante, como la cirugía cerebral.

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