Neuromarketing: Impacto de nuevos etiquetados frontales: A la luz de la neuropirámide

A partir del primero de octubre de 2020, en México será obligatorio que los alimentos procesados y las bebidas no alcohólicas preenvasadas deberán mostrar nuevos etiquetados frontales que alerten sobre el posible riesgo nutricional de dichos productos.

Naturalmente, existe una gran inquietud con respecto a cuál será el impacto en el consumidor. ¿Tendrá el mismo impacto en todos los consumidores? ¿Habrá algún sector de la población que se vea más afectado?


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Podemos referirnos a los hallazgos de la ciencia para responder estas preguntas. ¿Qué nos dice la evidencia científica disponible con respecto al impacto de los nuevos etiquetados en los consumidores? Además, entenderemos este impacto bajo la luz de la Neuropirámide de Romano.

La Neuropirámide de Romano es el modelo neurocientífico más importante en las neurociencias modernas para entender la toma de decisiones de los consumidores. Es un modelo pionero en el entendimiento de la toma de decisiones de las personas, que considera distintos niveles de procesamiento mental, cuyo resultado final es la toma de una decisión. Entre sus innumerables aplicaciones están el reenfoque de la enseñanza hacia un modelo que potencie las funciones naturales del cerebro (como la exploración, la curiosidad, la solución de problemas, entre otras), así como un nuevo entendimiento de la conducta del consumidor (Figura 1).

Cabe destacar que la Neuropirámide de Romano, lejos de ser sólo una nueva estrategia comercial, es un modelo neurocientífico que busca la mejor comprensión de la conducta humana con base en los hallazgos de la neurociencia moderna de las últimas cuatro décadas. Así, la Neuropirámide es un modelo con sólidas bases en disciplinas neurocientíficas (como la neuroanatomía, la neurofisiología, la neurociencia cognoscitiva, etc.), que explica desde el filtrado y procesamiento de la información sensorial hasta la ejecución de una acción.

El impacto de los nuevos etiquetados contra los etiquetados actuales

Actualmente, la mayoría de los productos hallados en el punto de venta muestran un etiquetado que desglosa el contenido recomendado diario, en pequeños recuadros o celdas. A estos etiquetados se les conoce como Guías Diarias de Alimentación (GDA; ver Figura 1). En contraste, los nuevos etiquetados son sellos de alerta que constan de hexágonos negros con letras blancas. Estos sellos advierten sobre el exceso de alguno de los contenidos potencialmente dañinos en el producto (Figura 2).

Una de las primeras preguntas relevantes es si los sellos de alerta son más fácilmente comprendidos. En relación con este punto, cuando se ha evaluado la facilidad de comprensión de diferentes etiquetados frontales en población mexicana de bajos y medios estratos sociales, los etiquetados GDA fueron más difíciles de comprender que los sellos de alerta. (Rincon Gallardo Patino et al., 2019)(Vargas-Meza et al., 2019).

Es decir, de acuerdo con el modelo de la Neuropirámide, los sellos de alerta facilitan los procesos mentales del Nivel IV (Cognición). Al ser más sencillos gráficamente, se facilita el procesamiento sensorial comprendido en el Nivel II (Activación Sensorial) (Activación Sensorial) y esta facilidad, a su vez, optimiza los procesos de Análisis y Síntesis del Nivel IV (Cognición), por lo que dichos sellos de alerta son más fácilmente comprendidos (Romano & Safari, 2012).

¿Los sellos de alerta le permiten tomar mejores decisiones a los consumidores?

Es también relevante preguntarnos si los sellos de alerta son mejores que los etiquetados tipo GDA para cumplir con la meta de que el consumidor tome mejores decisiones de compra.

En un estudio hecho en población mexicana adulta se realizó una encuesta en línea que simulaba la experiencia de compra de productos que desplegaban diversas señales de alerta nutricional, incluyendo sellos de alerta muy semejantes a los que serán obligatorios a partir de octubre. Al llenar sus carritos virtuales, los sellos de alerta mejoraron significativamente la calidad nutricional de los artículos elegidos (Jáuregui et al., 2020).

Esto quiere decir que, de acuerdo con el modelo de la Neuropirámide, los consumidores detectan los nuevos sellos como algo novedoso (Nivel I y II), experimentan precaución desencadenada por los nuevos sellos (Nivel III), reevalúan su compra con base en juicios sobre su propia salud y bienestar (Nivel IV (Cognición)), y eligen comprar aquellos productos que juzgan más benéficos (o menos perjudiciales, Nivel V (Regulador de la Acción).

Impacto según nivel socioeconómico

Sin embargo, existen otros factores que están incidiendo sobre este proceso de toma de decisión. Por ejemplo, la evidencia disponible muestra que las mejores decisiones de compra tienden a ser menos saludables para los participantes con menor ingreso, educación, y conocimientos previos sobre nutrición (Jáuregui et al., 2020). Asimismo, las personas en estratos socioeconómicos más bajos dicen que les agradan más los GDA que los sellos de alerta, aunque comprenden menos sus implicaciones (Rincon Gallardo Patino et al., 2019) (Vargas-Meza et al., 2019).

Esto significa que el estrato social impacta los procesos del Nivel IV (Cognición) de la Neuropirámide, de forma que un estrato social modesto se correlaciona con menores procesos de Análisis y Síntesis, al menos en lo que a los etiquetados frontales se refiere. Por supuesto, en este momento no hay forma de saber si la continua exposición a los sellos de alerta puede revertir esta situación, aunque no es un escenario improbable.

Impacto de acuerdo con la ocupación

Otra pregunta importante es: ¿los sellos de alerta tendrán impactos diferentes en los consumidores, en función de su ocupación? En un estudio se analizaron actitudes y opiniones de participantes mexicanos hacia los sellos de alerta. Al analizar los resultados en función de la ocupación (a través de las categorías estudiante, ama de casa/trabajador doméstico, empleado o vendedor, no empleado/otros), no se encontraron diferencias significativas (Vargas-Meza et al., 2019).

Esto quiere decir que la ocupación de una persona no tiene un impacto en los procesos de los Niveles IV y V (principalmente), por lo que la influencia de los sellos de alerta no se afecta por la ocupación de los consumidores.

¿Y los personajes infantiles en los empaques?

La nueva legislación mexicana implica no sólo la inserción de sellos de alerta en los empaques, sino la eliminación de caricaturas infantiles para desincentivar el consumo en población infantil. Sin embargo, ¿cuál es el impacto de esta última medida entre los adultos, que finalmente son quienes compran dichos productos?

Un estudio le pidió a un panel de participantes mexicanos que respondieran una serie de preguntas ante un producto con un personaje infantil en el empaque, y ante el mismo empaque sin personaje. Se encontró que la versión del empaque con personaje facilita que los compradores perciban al producto como poco benéfico para los niños, mientras que la versión sin personaje genera más intención declarada de acción (Contreras-Manzano et al., 2020).

Esto significa que la adición del personaje genera en el Nivel IV (Cognición) un juicio complejo con respecto a dicho personaje; posiblemente, que si el producto necesita un imán infantil tan obvio debe ser porque sus cualidades nutricionales no son ideales.

Conclusión

El impacto de los nuevos sellos de alerta es benéfico, pero limitado. Generan un procesamiento sensorial más efectivo (Nivel II de la Neuropirámide), y producen una sensación de alerta (Nivel II (Emoción)) que colorea el posterior procesamiento mental. Ya en el Nivel IV (Cognición) dichos sellos son mejor comprendidos (en menor medida por estratos sociales modestos) que los etiquetados GDA, y pasan mejor por los procesos de Análisis y Síntesis, por lo que permiten tomar mejores decisiones de compra (Niveles V y VI: Acción de Compra).Este procesamiento es insensible a ciertas variables demográficas como ocupación y sexo.

Indudablemente, conforme los consumidores y los sellos de alerta convivan en el punto de venta, comprenderemos cada vez mejor cuál es el impacto factual de dichos etiquetados frontales, y podremos saber si cumplen con su objetivo: mejorar las decisiones de compra del consumidor y, consecuentemente, mejorar su salud.

Para obtener una copia gratuita del libro Neuropirámide: Base del Neuromarketing, favor de dirigirse a www.neuropirámide.com.

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