Enfado, ira, alegría, tristeza, impotencia o miedo son sentimientos que todo el mundo conoce. Nuestra vida está repleta de momentos y estas sensaciones nos acompañan en el camino mientras crean una experiencia que guardaremos en nuestra memoria. Pero, ¿qué pasa si profundizamos más? Quizá descubramos conceptos menos conocidos, como la serotonina, también llamada hormona del placer; la oxitocina, aquella que alimenta nuestro estrés; o las endorfinas, las hormonas que se liberan con nuestra risa.
Las hormonas son muy importantes y se liberan como respuesta a los estímulos que el cerebro recibe de nuestro alrededor. Es decir, las hormonas están directamente relacionadas con nuestras emociones, y, por tanto, con el consumidor, ya que en la mayoría de casos se deja guiar por aquello que llamamos instinto, cuya definición consiste en las pautas que nos hacen responder de una forma determinada ante los estímulos externos.
Hace ya tiempo que el sector publicitario quiso aprender más sobre los neurotransmisores y por ello creó lo que comúnmente se conoce como neuromarketing. Esta ciencia se encarga de estudiar el cerebro y su funcionamiento con el objetivo de medir las reacciones de los usuarios ante un estímulo. Se trata de un amplio concepto que engloba el funcionamiento cerebral en su conjunto, más allá de las emociones. Idea que no ha pasado desapercibida por los centros educativos, como INEAF Business School, y que se han sumergido en la enseñanza de cursos de neuromarketing.
Este tipo de decisiones nacen también en consecuencia de la nueva era digital, que ha dado un giro a la realidad que conocíamos hasta entonces. De hecho, si ponemos la vista atrás, hacia el marketing más tradicional, descubrimos que las marcas ahora demandan nuevas formas de realizar publicidad y todas ellas están relacionadas con esta técnica. Por tanto, el conocimiento de factores clave dentro de la ciencia del neuromarketing será clave para garantizarnos el éxito dentro de la industria.
