Esto sucede en nuestro cerebro cuando compramos. Según publica el portal elpais.com.uy Compramos cosas que necesitamos y otras que no tanto. Pensamos la compra mucho y también la hacemos por impulso. Adquirimos de todo: productos básicos, baratos, caros. Pero, ¿por qué lo hacemos?
¿Qué sucede en nuestro cerebro cuando compramos?
Para muchos, la salir de compras representa un verdadero placer, pues a nivel cerebral se activan varias áreas que están relacionadas con la toma de decisiones y el bienestar. Estudios señalan que una parte del cerebro llamada núcleo accumbens se activa cuando anticipamos una recompensa o cuando experimentamos placer. Al adquirir algo que deseamos, se liberan hormonas, como la dopamina y la serotonina, que son las responsables de hacernos saber qué nos gusta, generándonos una necesidad inminente por adquirir determinados objetos, además de aportarnos un extra de felicidad.
Igualmente, regiones como la amígdala se activan; sobre todo, cuando adquirimos algo que verdaderamente deseamos, aumentado así nuestra excitación y motivación. También juega un rol fundamental la corteza prefrontal, ya que al ser la encargada de la toma de decisiones y del control de impulsos, gracias a ella evaluamos si la compra vale o no la pena.
¿De qué depende que compremos cosas costosas?
Para algunas personas, comprar productos o servicios costosos puede ser una forma de demostrar su estatus social y éxito económico. Como señaló Michael Norton, psicólogo y profesor de administración de empresas en Harvard Business School, en un artículo de la BBC, existe un aspecto de comparación social, es decir, la necesidad de superar a otras personas en cuanto al consumo.
Adicionalmente, la percepción de la calidad también es determinante, pues muchas personas asocian un precio elevado con una mejor calidad. Sin duda, esto puede hacer que muchos estén dispuestos a pagar más por un producto, incluso si hay opciones similares a precios más bajos.
Una investigación del Instituto de Tecnología de California y la Universidad de Stanford demostró que, por ejemplo, el alto valor de un producto, como por ejemplo el vino, está estrechamente ligado a su calidad entre un público que no sabe de enología. Esto se debe al efecto placebo que se produce a nivel cerebral, pues el costo elevado de algo puede influir en nuestras expectativas y en la forma en cómo percibimos su efectividad. En concreto, si pagamos más, es posible que estemos más dispuestos a creer que funciona mejor que las opciones más económicas.
Finalmente, la compra de productos costosos puede brindar una sensación de gratificación instantánea y satisfacción personal, puesto que el placer de poseer algo lujoso y exclusivo puede ser un motivador importante para algunas personas.
Recomendaciones para una compra responsable.
Cuando compramos, nuestro cerebro experimenta una serie de cambios químicos y neuronales que, por lo general, nos hacen sentir bien. No obstante, lo más recomendable a la hora de comprar es tomar decisiones conscientes y, en medida de lo posible, sostenibles. Algunos consejos para comprar responsablemente:
Introspección: Identificar qué nos motiva a querer un determinado producto. ¿Es una motivación intrínseca o extrínseca? ¿Verdaderamente lo deseamos o simplemente buscamos aprobación social?
Investigar: Antes de hacer una compra, es fundamental que averigüemos sobre el producto o servicio que deseamos adquirir. Gracias a la tecnología y las redes sociales, es muy fácil acceder a las recomendaciones y valoraciones de otros consumidores.
Sostenibilidad: Hoy en día, existe una mayor variedad de productos y marcas que apuestan por la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente. Por ejemplo, los grandes conglomerados de la industria de la moda están replanteando su producción en torno a este tema, pues emplean materiales reciclados o energía renovable.
Consumo excesivo: Comprar en exceso, también denominado como oniomanía, puede ser igual de peligroso que cualquier otro tipo de adicción.
Productos de calidad: La calidad está ligada la durabilidad y el mantenimiento de los productos. Esto ayuda a reducir el impacto ambiental de nuestro consumo, así también como realizar una compra más inteligente y ahorrarnos dinero a largo plazo.
