¿El estrés disminuye cuando envejecemos?

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Según publica el portal Lamenteesmaravillosa.com La vida actual es estresante para el ciudadano medio. Tenemos que pagar facturas, cumplir con las responsabilidades del trabajo o la universidad, esforzarnos para alcanzar nuestras metas, etc. El tiempo no nos da tregua en su avance y, por mucho que seamos productivos, la presión no hace más que aumentar.

Para muchas personas las demandas cotidianas generan una tensión diaria que las agota. Es como si no hubiera luz al final del túnel. Si estás lidiando con mucho estrés en tu vida, tranquilo, un estudio está aquí para decirte que es muy probable que mejore eventualmente.


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El estrés diario y la salud

Para nadie es un secreto que, aunque el estrés puede ser un buen aliado para nuestro funcionamiento, cuando es excesivo puede mermar nuestra salud. Cuanto más dure e interfiera, peor será tanto para la mente como para el cuerpo

Para nadie es un secreto que, aunque el estrés puede ser un buen aliado para nuestro funcionamiento, cuando es excesivo puede mermar nuestra salud. Cuanto más dure e interfiera, peor será tanto para la mente como para el cuerpo.

Según la American Psychological Association (APA), la activación a largo plazo del sistema de respuesta al estrés puede aumentar el riesgo de padecer problemas de salud física y mental, que incluyen ansiedad, depresión, problemas digestivos, tensión y dolor muscular, presión arterial alta, problemas para dormir, aumento de peso y deterioro de la memoria y la concentración.

El estrés diario que caracteriza la vida de muchas personas no es un buen compañero, y menos si se desea gozar de buena salud. Pero no todo son malas noticias, una investigación dirigida por David Almeida (2022), profesor de Penn Statenos ofrece resultados interesantes sobre el estrés diario y la reactividad ante ellos. Profundicemos.

Las personas mayores experimentan menos estrés diario

El equipo de Almeida utilizó datos del National Study of Daily Experiences (NSDE), un estudio nacional que ha recogido datos sobre la vida cotidiana de más de 3000 adultos a lo largo de 20 años. El objetivo de la investigación fue examinar los patrones relacionados con la edad en la exposición y la reactividad afectiva a los factores estresantes.

Las personas que formaron la muestra del estudio tenían entre 25 y 74 años y fueron invitados a participar en la NSDE del proyecto Midlife in the United States (MIDUS) dirigido por el Instituto de Envejecimiento de la Universidad de Wisconsin-Madison.

Los participantes realizaron entrevistas telefónicas durante ocho días consecutivos con las que se evaluaba su nivele de estrés diario. Estas evaluaciones se repitieron en intervalos de aproximadamente nueve años, proporcionando datos longitudinales a lo largo de 20 años.

A medida que envejecemos, los efectos del estrés diario disminuyen

Los resultados del estudio de Almeida señalan que los adultos mayores experimentan menos estrés diario. Además, los efectos de este tanto en la cantidad de factores estresantes diarios como en su reactividad emocional fueron más bajos.

Los datos estadísticos nos muestran que las personas de 25 años informaron factores estresantes en casi el 50 % de los días, mientras que los adultos mayores de 70 años informaron factores estresantes solo en el 30 % de los días.

¡Los desencadenantes del estrés se reducen con la edad! Además de la disminución en la cantidad de factores estresantes diarios, también se halló que, a medida que las personas envejecen, responden menos emocionalmente a los factores estresantes diarios cuando ocurren.

“Una persona de 25 años es mucho más gruñona los días en que experimenta un factor estresante, pero a medida que envejecemos, realmente descubrimos cómo disminuir esas exposiciones”, dijo Almeida en un comunicado de prensa de Penn State.

El estrés diario tiende a disminuir hasta mediados de los 50, que es cuando las personas parecen verse menos afectadas por el estrés. Curiosamente, Almeida también sostiene que la edad avanzada (finales de los 60 y principios de los 70) en realidad podría generar más desafíos y un ligero aumento en el estrés diario.

Todos envejecemos a nuestra manera. La forma en que lo hacemos depende no solo de los desafíos y factores estresantes que enfrentamos, sino también de cómo respondemos y gestionamos esas situaciones.

“Con esta nueva investigación es alentador ver que a medida que envejecemos, comenzamos a lidiar mejor con estos factores estresantes. En promedio, la experiencia del estrés diario no empeorará, sino que de hecho mejorará”, afirmó Almeida.

¿Qué dirán los hallazgos pospandemia?

Con estos resultados, el equipo de Almeida aguarda la próxima recopilación de datos para MIDUS, que será la primera desde que comenzó la pandemia de COVID-19. Esta nueva ronda de recolección ayudará a evaluar el impacto de la pandemia sobre la reactividad diaria al estrés. Además, permitirá estudiar más a fondo cómo las personas crecen y cambian durante la edad adulta.

“Envejecer de 35 a 65 años es muy diferente a envejecer de 65 a 95”, dijo Almeida. “Ya comenzamos a ver eso en los datos, pero esta próxima ronda de recopilación y análisis de datos nos dará una comprensión aún mayor de cómo se ve eso”.

Para terminar, gracias al estudio que hemos revisado, ahora sabemos que los adultos mayores experimentan menos estrés diario. Así, podemos tener la confianza de que el tiempo obrará a nuestro favor. Aunque esto no quiere decir que debamos dejárselo todo a él, tenemos que poner de nuestra parte para que aprendamos a gestionar y afrontar mejor las situaciones estresantes de nuestra vida cotidiana.

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