Según publica el portal terra.com.mx ¿Tienes debilidad por el color rosa? ¿Eliges este color para cualquier prenda y/o accesorio nuevo que adquieres? ¿Nunca puede faltar en tu outfit este color cal momento de salir a la calle? Pues, entonces, esta nota es para ti. Porque la psicología del color tiene algo para confesar y reflejar sobre las personas a las que les fascina el color rosado.
La psicología del color es una especie de rama derivada de la psicología y en la que, a través de los colores, se puede tener una primera impresión sobre la personalidad de las personas. Es decir, según la preferencia en la escala cromática, son los rasgos predominantes en la forma de ser de quienes nos rodean. Y, en el caso del color rosa, hay 3 características que son claves.
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3 características de la personalidad de las personas que tienen preferencia por el rosa, según la psicología del color
- Emocionales
Si bien, y en el plano de los prejuicios, siempre se relacionó al color rosa con el género femenino, lo cierto es que -dentro de la psicología del color– esta gama se asocia verdaderamente a lo emoción. Aquellas personas que tienen predilección por el rosa suelen ser muy pasionales, emocionales y por demás cordiales y amables.
- Puros
Aunque el color rosa es una variación del rojo -más liviana y clara-, es precisamente este acercamiento al blanco lo que nos demuestra a una persona pura, transparente y por demás clara. Esta combinación entre los dos colores primarios lo convierte en un intermedio entre la sexualidad y fogosidad (rojo) con la calma y pureza (blanco). En pocas palabras, quienes tienen predilección por el rosa, según la psicología del color, viven el amor de manera romántica y tierna.
- Introvertidos
Otra característica que reserva la psicología del color para aquellas personas a quienes les gusta el rosa tiene que ver con que son personas introvertidas, silenciosas y muy sensibles. Si nadie las molesta o pide por su intervención, puede pasar completamente desapercibido en un encuentro social o en un grupo laboral.
