México: Así ha cambiado el ranking de empresarios más importantes

 

No me gustan las evaluaciones, las listas. Sé que no hay otra forma mejor para calificar a las empresas, pero yo no me estoy valuando

Pero no puede escapar de ellos: Carlos Slim, que dijo esta frase en una entrevista con Expansión, siempre ha sido el número 1 entre ‘Los empresarios más importantes de México’, desde la primera edición de 1998.


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Y eso que hubo una época en que la revista ni siquiera conocía bien su nombre. En octubre de 1981, un artículo sobre el nombramiento de Miguel de la Madrid como candidato priísta, cita a “Carlos Salim Helú, presidente en funciones de la Bolsa Mexicana de Valores”, diciendo: “Habrá continuidad en las inversiones”. Pero luego pasaron muchas cosas —la privatización de Telefónos de México, que Slim adquirió; el crecimiento de su conglomerado Grupo Carso—que hicieron que su apellido nunca se volviera a escribir mal, pues se convirtió en un símbolo de la expansión de la clase empresarial del país.

Antes de ese primer listado, la revista publicó dos portadas con ‘Los empresarios más prominentes de México’, en 1990 y 1994, donde aparecían por orden alfabético, sin rankear. En 1994, ya se detectaba una tendencia que se mantiene hoy: las mismas familias, a través de segundas, terceras e incluso cuartas generaciones, dominan el panorama empresarial, con apellidos como Aramburuzabala, Arango, Azcárraga, Baillères, Garza —y sus numerosos sufijos: Sada, Lagüera, Zambrano, Treviño…—, Hernández Pons, Losada, Madero, Quintana, Servitje, y un largo etcétera. “En pocas palabras: son los de siempre, algunos con canas sobre las canas, otros vivos en sus juniors”, decía Expansión en 1994.

Y entre ellos, Slim —y ahora también sus tres hijos— es de los ‘nuevos’, porque la misma conclusión se extrae de la comparación entre el primer y el último ranking de los 100 empresarios: Emilio Azcárraga, Alberto Baillères y Antonio del Valle Ruiz siguen ahí. Los fallecidos, como Eugenio Garza Lagüera, Lorenzo Zambrano, Jorge Larrea y Roberto González Barrera, fueron sustituidos por el yerno (José Antonio Fernández Carbajal), el primo (Rogelio Zambrano), el hijo (Germán Larrea) y el nieto (Carlos Hank González). Otros vendieron sus empresas a grupos internacionales porque se presentaron ofertas que no podían rechazar, como Antonino Fernández (Grupo Modelo), Roberto Hernández y Alfredo Harp (Banamex) y Jerónimo Arango (Cifra, hoy Walmart). Y algunos hoy tienen otras prioridades —Alfonso Romo— y han dejado paso en el listado a nuevas familias —los Coppel— y algunos nombres propios que convirtieron en gigantes las compañías que heredaron (Daniel Servitje y Ricardo Salinas Pliego).

¿Seguirán estos mismos apellidos en el ranking del año 2069?

 

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