Neuromarketing: La igualdad de género desde la «neurociencia»

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La neurociencia y la igualdad de género, buscan demostrar con argumentos científicos que no hay diferencias entre los cerebros masculinos y femeninos por poseer la misma estructura neurológica, mientras que el neurosexismo se articula en actitudes sexistas que afirman que existen diferencias entre el cerebro de la mujer y el hombre basadas en la inferioridad biológica de sexos, para hacer una diferenciación de género que producen todo tipo de violencias contra la mujer.

La neurociencia y el feminismo a través de los estudios de género tratan de explicar la igualdad cerebral, la diferenciación de género competitiva y el desarrollo neural de los hombres y el porqué de su comportamiento sobre la conformación del patriarcado, el miedo a compartir el poder, el sexismo, la discriminación sexual, la violencia contra las mujeres y el fenómeno del feminicidio, así como el desarrollo de la mujer de neuroliderazgo femenino en la neuroeconomía y la neuropolítica  para triunfar en los espacios de poder.


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Hace falta Neurofeminismo, la ciencia es aliada de los estudios de género, las teorías feministas deben vincularse con las ciencias por lo que la neurociencia de género es trascendental para el feminismo, hay que recalcar que la teoría crítica feminista nació primero que los estudios de la neurociencia de género, hoy en día hay una Red de Neurogenderings “red neurofeminista” que tiene como objetivo examinar críticamente la producción de conocimiento neurocientífico y desarrollar enfoques diferenciados para la investigación neurocientífica de género.

Dejemos de hablar de cerebro femenino y masculino es un artículo del The New York Times, que nos expone que la biología de género nació científicamente para probar la inferioridad de la mujer, detalla los diversos estudios que se han realizado desde los siglos XVII y XVII hasta la época actual para demostrar la diferencia de estado del género en los cerebros sin tener resultados comprobables, estudios que han buscado exponer que el cerebro masculino es superior al cerebro femenino que de acuerdo a la norma de género han resultado negativos, la afirmación de la diferencias de sexo para imponer roles de género ha resultado inútil para la ciencia, y que en realidad las barreras estructurales de género son impuestas por la sociedad en su conjunto y no por la neurociencia de género.

La violencia de género desde la neurociencia, sostiene que los comportamientos machistas refieren a estudios donde demuestran que el circuito neuronal está conectado de manera diferente entre hombres y mujeres, por lo que los hombres  producen grandes cantidades de testosterona que está relacionada con la agresión, así como estudios que determinan diferentes habilidades, diferentes temperamentos y diferentes personalidades en los géneros.  Educar en igualdad, con tratos igualitarios y sin violencia de género es la base fundamental para erradicar los comportamientos estereotipados y la superación de los índices de violencia.

En las neurociencias, la investigación neurocientífica de las imágenes del cerebro sobre resonancia magnética funcional fMRI de diferencia de sexo demuestran que el tamaño de los cerebros de hombre y mujer varia en el peso, -el cerebro de la mujer pesa 140 gramos menos que el de los hombres-lo que se traduce de inmediato a una inferioridad intelectual y da pauta a las justificaciones sexistas de los roles de género. Si bien es cierto que hay una variación de tamaño del cerebro del 10%, no es válido para justificar los estereotipos de género, ya que estudios neurocientificos de proceso de la información consideran que las mujeres y los hombres son iguales en áreas de habilidades intelectuales y emocionales y características de personalidad e intereses.

Las actitudes sexistas influyen en la violencia de género, los neurosexistas sostienen, que la actividad cerebral varía de acuerdo al género, que los hombres y mujeres tienen diferentes formas de aprendizaje por un enfoque determinista de acuerdo a factores de educación, estatus económico y social, empatía y procesamiento espacial, argumentando las diferencias de género.

La violencia contra la mujer se muestra como la superioridad del hombre desde el status de privilegio de una cultura patriarcal,  de posición de dominio y de la posición de la sumisión, el hombre ostenta el poder desde los argumentos de la desigualdad cerebral, las creencias sexistas son un problema de desigualdad de sexos y de discriminación hacia las mujeres y como consecuencia de la violencia de género.

La relevancia o irrelevancia de las creencias sexistas determina aspectos de la vida de las mujeres, justifica la violencia de género, legitima la supremacía del hombre hacia la mujer, incrementa las desigualdades de sexos, retrata la discriminación cultural de la mujer. A nivel global la mujer es víctima de  violencia de género y de derechos humanos contra la mujer, por lo que está sustentado que la violencia machista en contra de la mujer retrasa la igualdad de género.

La diferencia sexual en el cerebro, nos lleva al estudio de la segregación de sexos, que separa a las personas de acuerdo a su sexo biológico –hombre vs mujer- en diferentes actividades humanas físicas, legales, políticas, culturales impuestas por reglas. Las políticas gubernamentales de segregación sexual ayudan a evitar abuso sexual y acoso sexual, pero también han impulsado a que persistan los roles de género, sobre todo en las esferas económicas y políticas, por ejemplo el trabajo de cuidados se deposita en las mujeres y la brecha salarial.

La teoría de la igualdad vs la segregación de sexos, deja en descubierto que las leyes de la naturaleza hacen diferencias importantes entre hombres y mujeres, por otro lado el feminismo excusa a estas leyes porque solo desea mayor participación de las mujeres en el mundo. La teoría feminista es anti-subordinación, mientras que la teoría de igualdad de trato es más objetiva y global, propone a los gobiernos la segregación obligatoria y administrativa basada en un estándar sobre discriminación sexual como medidas de prevención en la educación y socialización.

Para la construcción de una cultura de la igualdad, el sexismo representa la diferencia biológica de sexos y promueve prácticas de discriminación y violencia contra la mujer, que se convierten en hechos injustificables de violencia de género, por otro lado la igualdad de género persiste en crear practicas positivas para eliminar la brecha de género, de acuerdo a las estadísticas la paridad económica se logrará en 202 años y 1 de cada 3 mujeres sufren violencia de género a lo largo de su vida.

El último estudio de violencia contra las mujeres de julio de 2020, del CELIG Centro de Estudios para el logro de la Igualdad de Género de la Cámara de Diputados, señala que en 5 años el delito de feminicidio a nivel nacional se ha incrementado 129.93%,  las muertes violentas de mujeres en México en 5 años se han incrementado un 77.4%, y las presuntas víctimas de mujeres en homicidio doloso en 5 años se ha incrementado 64.96% de acuerdo a cifras del secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

La igualdad de género desde la neurociencia es el camino para impulsar la igualdad sustantiva en la ciencia y crear políticas públicas para eliminar la violencia de género, ya que los neurocientificos sostienen que cada vez hay más evidencia científica de que los delitos de violencia de género se presentan en alteraciones en el funcionamiento cerebral de las personas, por lo que el compromiso de la neurociencia & género está enfocada en realizar estudios de investigación desde la perspectiva científica y social  en el ámbito de derecho penal y criminal para combatir los altos índices de feminicidio.

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