Marketing: 6 paradojas del liderazgo en la contradictoria era poscovid

marketing digital

La pandemia del coronavirus no ha hecho sino acelerar una tendencia que llevaba ya casi una década asomando la pata. En mundo cada vez más complejo y digital el rango de las decisiones que los líderes se ven obligados a tomar (para colmo de males de manera urgente) se ha expandido hasta el infinito y más allá.

Y en este sentido el liderazgo es también deudor de múltiples paradojas, tanto que los líderes deben hacer suyas cualidades absolutamente contradictorias.


Banner_frasco-suscripcion-800x250

Harvard Business Review desgrana a continuación las paradojas del liderazgo en la era poscovid que se cierne ya en el horizonte:

1. El líder como ejecutor estratégico

Los líderes que deseen saborear las mieles del éxito en el complejísimo y acelerado entorno actual deberán hacer gala de la claridad suficiente para contemplar el mundo que se avecina y cómo serán las compañías que dirigen en este nuevo contexto.

Para ello los líderes deberán sacar de paseo sus cualidades estratégicas, ser de alguna manera visionarios y ser capaces de alejarse por un momento de la cotidianeidad para divisar el mundo que se divisa el horizonte y comprender la forma que tomará el valor en los tiempos venideros para revestir así de un posicionamiento único a las empresas que lideran.

Ser buenos estrategas no es, sin embargo, suficiente. Los líderes deben ser igualmente hábiles en lo que a la ejecución se refiere. Y necesitan adueñarse de la transformación que necesitan las empresas que dirigen para llegar con éxito al futuro. Deben ser capaces de traducir la estrategia que diseñan en pasos ejecutivos específicos y liderar hasta el final la ejecución. Los líderes deben tener además la habilidad necesaria para tomar rápidas decisiones operacionales, aquellas que sientan los mimbres del futuro.

En muchos sentidos el modelo digital de creación de valor exige a los líderes habilidades de ejecución mucho más sólidas en el pasado, puesto que es más necesario que nunca derribar los muros de aquello que es posible.

2. El líder como héroe humilde

La era digital anhela líderes con madera de héroe, personas capaces de tomar decisiones arriesgadas en tiempos de incertidumbre.

Así y todo, los líderes deben dar cuenta simultáneamente de la humildad necesaria para confesar lo que no saben y rodearse de personas provistas de habilidades lo más variopintas posible.

Un buen líder debe mostrarse presto a aprender de los demás (aunque estén por debajo en el escalafón), ser inclusivo y estar dispuesto a abrazar nuevas formas de hacer.

3. El líder como humanista «techie»

Puede que en el pasado los líderes delegaran en buena media en los chief information officers o chief digital officers, pero esta aproximación se ha quedado definitivamente «demodé».

Teniendo en cuenta que hoy por hoy la tecnología es la columna vertebral de casi todos los esfuerzos acometidos por las empresas, los líderes deben moverse como pez en el agua en el océano «techie».

Pero deben simultáneamente entender y cuidar y las personas. Los líderes deben comprender cómo impacta la tecnología en la vida diaria de la gente y ayudar a las personas a adaptarse a los cambios solapados a la tecnología.

4. El líder como innovador anclado en la tradición

Los valores de las empresas no han sido probablemente nunca tan importantes como ahora, cuando el mundo está merced de múltiples cambios y disrupciones.

En medio de la incertidumbre la claridad en torno a los valores y el propósito ayuda a las organizaciones a emprender la senda que conduce a la relevancia y la creación de valor.

Los líderes deben tener clara la razón de ser su empresa para guiarla en la creación de valor y hacerla suficientemente relevante en el futuro.

Y al mismo tiempo, sin olvidar la que ha sido siempre la razón de ser la compañía, los líderes deben innovar y probar cosas nuevas (mucho más rápido de lo que lo hacían otrora).

Un buen líder debe tener el coraje suficiente para fracasar y para permitir que los demás saboreen también la amarga derrota.

El ímpetu de experimentación y de innovación no deben ejercitarse, eso sí, al libre albedrío y deben estar siempre en consonancia con el propósito de la compañía.

5. El líder como político íntegro

En un ecosistema donde las empresas, las instituciones y los individuos deben colaborar para crear valor ser capaz de negociar es una habilidad absolutamente crucial para un líder.

Los líderes deben ser capaces de ceder cuando así es necesario, ser flexibles a la hora de retorcer sus planes iniciales, y dar dos pasos hacia atrás para poder moverse dos pasos hacia delante.

Este modo de operar solo puede resultar, sin embargo, eficaz cuando los líderes instilan confianza e integridad en todas sus acciones.

La colaboración eficaz entre ecosistemas solo emerge a la superficie cuando las partes implicadas se otorgan mutuamente el beneficio de la duda (y de la confianza).

En una economía «data-driven» la integridad y la confianza han acabado trocándose en condición sine qua non de todo lo que sustenta esta economía de nueva hornada. Y los valores que vertebran esta nueva economía no los dicta ningún robot sino líderes íntegros de carne y hueso.

6. El líder como localista de naturaleza global

La tecnología ha echado abajo las fronteras y las distancias. Hoy por hoy es posible conectar con clientes de casi todo el globo y colaborar con personas separadas por miles de kilómetros de distancia.

En este nuevo contexto las compañías deben pensar (casi a la fuerza) de manera global. Y esto exige líderes que puedan trabajar a escala global.

Pero simultáneamente en la nueva era digital los líderes no pueden tampoco permitirse el lujo de perder de vista las preferencias de los consumidores individuales y de las comunidades locales donde operan las compañías que dirigen.

Banner_azules
Reciba las últimas noticias de la industria en su casilla:

Suscribirse ✉