El crecimiento de la categoría de vinos sin o bajos en alcohol. Según el portal wip.cl En los últimos años, ha habido un notable aumento en el consumo de vinos bajos en alcohol o sin alcohol. Esta tendencia ha sido impulsada por una mayor conciencia sobre el bienestar y la salud, así como por la creciente demanda de opciones con menos calorías. Aunque las opiniones sobre estos vinos difieren, se han convertido en una opción relevante en diversas circunstancias y para distintos grupos de consumidores.
La publicación de Harpers ha señalado que el Reino Unido se encuentra entre los mercados que experimentan un crecimiento destacado en el consumo de bebidas bajas en alcohol. Sin embargo, ¿son solo la salud y el bienestar las causas de este aumento en el consumo? No necesariamente. Los vinos sin alcohol tienen un lugar importante y relevante para aquellos que son conductores designados, mujeres embarazadas, personas que evitan el alcohol por motivos religiosos o personales, y amantes del vino que desean disfrutar de una copa en cualquier momento sin preocuparse por los efectos del alcohol.
Según el informe de mercado de Global Market Reports de Low-Alcohol de este año, se espera que el mercado mundial de bebidas bajas en alcohol crezca de 1,18 billones de dólares en 2022 a 1,25 billones de dólares en 2023, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 6,7%. Además, un estudio reciente de Fact.MR reveló que la demanda de vinos sin alcohol o bajos en alcohol alcanzará los 5,2 billones de dólares en 2033, con un crecimiento anual compuesto del 10% entre 2023 y 2033.
Cuando se viaja fuera de Chile, se pueden observar estantes completos de diversos tipos de bebidas sin alcohol, como ginebra, ron y whisky. Esta categoría se ha consolidado entre los productores y los consumidores se están acostumbrando a buscar y comprar estas opciones para diversas ocasiones.
Europa ha experimentado un crecimiento significativo en el mercado de vinos bajos en alcohol o sin alcohol en los últimos años. Según un estudio de IWSR, Alemania lidera en ventas en volumen de los vinos sin alcohol. Sin embargo, mercados donde la categoría aún es más pequeña, como Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Australia, están creciendo más rápidamente.
Se estima que el Reino Unido experimentará un crecimiento anual del 6% entre 2021 y 2025. Según un estudio de Wine Intelligence en Estados Unidos, cuatro de cada diez consumidores habituales de vino buscan activamente moderar su consumo de alcohol y consideran comprar vinos de este tipo en el futuro.
En Chile, varias marcas ya producen y comercializan vinos bajos en alcohol. Estos se clasifican dentro de la categoría de «vinos especiales» según la legislación del país. Hay dos categorías que especifican el nivel de alcohol: vino parcialmente desalcoholizado, con un grado alcohólico entre 0,5° GL e inferior a 11,5°, y vino desalcoholizado, con menos de 0,5° de alcohol. Marcas como Casillero del Diablo Belight y SinZero ofrecen opciones en estas categorías.
Como en toda moneda, hay dos caras, y en este tema también hay detractores. Los críticos argumentan que los vinos bajos en alcohol o sin alcohol no tienen el mismo sabor, textura o complejidad que los vinos tradicionales. En cierta medida, esto es cierto. Sin embargo, los avances en la tecnología de desalcoholización han permitido a las bodegas producir vinos sin alcohol con aromas y características cada vez más similares a los tradicionales.
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Cecilia Prat, Directora Comercial y Socia de SinZero, la primera marca especializada en vinos sin alcohol en Chile, comenta: «Es sabido que el sabor nunca será el mismo en un vino con 12% o 13% de alcohol, ya que en el proceso de desalcoholización se pierde el componente principal que es el alcohol, lo que hace que los vinos sean más ligeros. Sin embargo, se deja un mínimo grado de alcohol (0,5%) de los alcoholes aromáticos para mantener los aromas del vino».
Aunque a algunos les guste y a otros no, el consumo de vinos bajos en alcohol o sin alcohol es una categoría que ya está establecida en Chile y en el mundo, y cada año continúa creciendo. Esta tendencia está impulsada por una mayor conciencia sobre la salud, el bienestar y la posibilidad de disfrutar del sabor del vino sin los efectos negativos del alcohol. Cada vez más personas están interesadas en probar estas nuevas opciones y se convierten en fieles consumidores.
