¿Quién asume el costo de ChatGPT?

Chat GPT

¿Quién asume el costo de ChatGPT? Según publica el portal mercadonegro.pe Hasta enero del 2023 las cifras oficiales señalan que ChatGPT recibe 10 millones de usuarios al mes. Un ritmo acelerado que ya le cuesta a OpenAI, la empresa detrás de la herramienta de inteligencia artificial (IA), US$700.000 diarios por la operatividad del generador de textos. La plataforma lanzó una versión de pago para usuarios “premium” y ha recaudado millones en financiamiento, pero ¿quién paga realmente por el avance tecnológico?

La base financiera de ChatGPT

Tal y como ocurrió con las criptomonedas, los NFT después de estas, y ahora la inteligencia artificial, el avance tecnológico demuestra una vez más ser un imán de grandes inversiones. OpenAI completó recientemente una venta de acciones por un valor de más de US$300 millones. Según un informe de TechCrunch, la venta se realizó con una valoración de entre US$27 mil millones y US$29 mil millones, con varias firmas de capital de riesgo prominentes que compraron nuevas acciones.


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Según TechCrunch, una fuente familiarizada con el asunto también afirmó que Founders Fund ha invertido en la empresa. Esta inversión es independiente de la inversión de US$10 mil millones realizada por Microsoft a principios de este año.

De esta forma, la financiación permitirá que OpenAI continúe su trabajo en el campo de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático. Sin embargo, el capital privado no ha sido su único punto de apoyo, aunque se desconocen los resultados de las nuevas apuestas de Open AI, cabe recordar que ahora cuenta con una versión “plus” que por un cobro mensual de US$20 le ofrece funciones avanzadas a sus usuarios.

Aunado a esto ChatGPT aprobó este año su API, para que cualquier empresa pueda integrar el poder de la IA a sus ecosistemas de negocios. Aún así, no son sólo las estrategias financieras las que mantienen a flote la herramienta generadora de texto. Detrás de ellas también se encuentran otro capital del que poco se habla: el humano.

Los que mueven los engranajes de ChatGPT

Con todo el capital económico detrás de OpenAI, la compañía ya es considerada una de las empresas de IA más valiosas del mundo. Pero la historia de éxito no se límita a Silicon Valley. En su búsqueda para hacer que ChatGPT pudiera ofrecer un contenido “apropiado”, OpenAI utilizó trabajadores kenianos subcontratados que ganaban menos de US$2 por hora, de acuerdo con una investigación publicada por TIME.

El predecesor de ChatGPT, GPT-3, ya había demostrado una capacidad impresionante para unir oraciones. Pero fue una venta difícil, ya que la aplicación también era propensa a soltar comentarios violentos, sexistas y racistas. Debido a que la IA se entrenó con cientos de miles de millones de palabras extraídas de Internet, un vasto depósito de lenguaje humano.

Aunque en realidad fue un gran reto dado que partes de Internet están repletas de toxicidad y sesgo, no había una manera fácil de eliminar esas secciones de los datos de entrenamiento. Incluso un equipo de cientos de humanos habría tardado décadas en rastrear manualmente el enorme conjunto de datos. Solo mediante la construcción de un mecanismo de seguridad adicional impulsado por IA, OpenAI podría controlar ese daño, produciendo un chatbot adecuado para el uso diario.

Para construir ese sistema de seguridad, OpenAI se inspiró en Facebook y su constante tarea en eliminar el discurso de odio de su plataforma. La premisa era simple: alimentar una IA con ejemplos etiquetados de violencia, discurso de odio y abuso sexual, y esa herramienta podría aprender a detectar esas formas de toxicidad. Todo esto para evitar que llegase al usuario final.

Sin embargo, una gran parte de este trabajo aún necesitaba del esfuerzo humano. Para ello Open AI se alió con una empresa de subcontratación en Kenia a partir de noviembre de 2021. Asignando tareas de verificación de texto que parecían haber sido extraídas de los rincones más oscuros de Internet. Algunas describían situaciones con detalles gráficos como abuso sexual infantil, bestialidad, asesinato, suicidio, tortura, autolesiones e incesto.

¿Cómo paga el talento humano por el costo de ChatGPT?

El socio de subcontratación de OpenAI en Kenia fue Sama, una empresa con sede en San Francisco que emplea a trabajadores en Kenia, Uganda e India para etiquetar datos para clientes de Silicon Valley como Google, Meta y Microsoft. Sama se promociona a sí misma como una empresa de «inteligencia artificial ética» y afirma haber ayudado a más de 50.000 personas a salir de la pobreza.

La historia de estos trabajadores invisibles permanecen en las sombras incluso cuando su esfuerzo es una gran contribución a una industria de miles de millones de dólares. Pero su impacto es aún más preocupante. Un trabajador de Sama encargado de leer y etiquetar texto para OpenAI le dijo a TIME que sufría visiones recurrentes después de leer una descripción gráfica de un hombre que tenía relaciones sexuales con un perro en presencia de un niño pequeño.

“Eso fue una tortura”, dijo. “Leerás una serie de declaraciones como esa durante toda la semana. Para cuando llega el viernes, estás perturbado por pensar en esa imagen”. Este escenario llevó finalmente a Sama a cancelar todo su trabajo para OpenAI en febrero de 2022, ocho meses antes de lo planeado. No obstante, el talento humano no es el único que ha pagado por mantener operativa a ChatGPT.

500ml de agua por cada 50 consultas: el costo de ChatGPT

Mientras entrenaba a GPT-3 en sus centros de datos, se estimó que Microsoft usó 700 000 litros, o alrededor de 185 000 galones, de agua dulce. Esa es suficiente agua para llenar la torre de enfriamiento de un reactor nuclear, según Gizmodo, y la misma cantidad que se usa para producir 370 autos BMW o 320 vehículos Tesla.

Usando estos números, se determinó que ChatGPT requeriría 500 ml de agua, o una botella de agua estándar de 16,9 oz, por cada 20 a 50 preguntas respondidas.

Si bien una botella de agua de 500 ml puede no parecer demasiado, la huella hídrica combinada total para la inferencia sigue siendo extremadamente grande» debido a la gran base de usuarios de ChatGPT, escribieron los autores del estudio.

Microsoft está «invirtiendo en investigación para medir el uso de energía y el impacto de carbono de la IA mientras trabaja en formas de hacer que los grandes sistemas sean más eficientes, tanto en capacitación como en aplicación», dijo un portavoz de Microsoft en un comunicado.

«También continuamos invirtiendo en la compra de energía renovable y otros esfuerzos para cumplir con nuestros objetivos de sostenibilidad de carbono negativo, agua positiva y cero desperdicio para 2030», agregaron.

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