Para muchas empresas la pandemia del coronavirus se está traduciendo en una auténtica sangría desde el punto de vista de las ventas y los beneficios. Pero otras compañías, en particular las que se desenvuelven en la arena de la economía digital, están ganando dinero a espuertas gracias al COVID-19, que está dando fuelle, al fin y al cabo, al tiempo invertido por el usuario en la red de redes. Es el caso, por ejemplo, de Snapchat, que en el último trimestre de 2020 se las ingenió para sumar 16 millones de usuarios diarios a sus filas.
En el periodo comprendido entre octubre y diciembre del año pasado la facturación de la red social pegó una zancada del 62% hasta alcanzar los 911,3 millones de dólares, si bien la compañía arrastró pérdidas de 113 millones de dólares. Así y todo, en el mismo trimestre del año pasado las pérdidas generadas por Snapchat fueron sustancialmente mayores, de 240,7 millones de dólares.
Pese a los halagüeños resultados puestos sobre la mesa por Snapchat, los títulos de la red social se desplomaron más de un 8% en los mercados bursátiles porque las predicciones de la compañía de cara al primer trimestre de 2021 decepcionaron a los inversores.
Snapchat sumó 47 millones de nuevos usuarios diarios en el último año
Al inicio de la crisis del coronavirus Snap, la matriz de Snapchat logró dar fuelle de manera considerable su negocio, pero más tarde fue incapaz de atenerse a los objetivos marcados de cara al segundo trimestre del año, si bien durante la segunda mitad de 2020 sus números remontaron de nuevo el vuelo.
De acuerdo con Snap, los 265 millones de usuarios diarios de Snapchat se conectan a la red social una media de 30 veces al día. El número de usuarios diarios de la red social se incrementó en 47 millones durante el último año.
Snapchat debió primigeniamente su popularidad al contenido de naturaleza efímera, pero actualmente está tratando de establecerse como plataforma enfocada al contenido de medios.
La red social utiliza también de manera muy profusa la realidad aumentada en forma de filtros que permiten que objetos virtuales se integren en el mundo real, lo cual es muy útil no solo para lucir las típicas y graciosas orejas de conejo sino también para probarse prendas de forma virtual.
