Marketing Digital:Los miembros de la Generación Z gastan más, pero en «placeres asequibles»

Generación Z compras

La Generación Z no cuenta con el peso de las cargas financieras más recurrentes, como seguros o hipotecas, por lo que destinan sus ingresos a «placeres asequibles».

El 2022 fue un año marcado por el aumento de los precios, la inflación, el estallido de la Guerra de Ucrania y más acontecimientos que convirtieron «permacrisis» en la palabra del año pasado. Pero aun en esta realidad los consumidores de la Generación Z, criados entre la crisis económica del 2008 y este nuevo panorama, gastan más de lo que ingresan, y no escatiman el gasto en bienes y servicios que no son de primera necesidad.

En el panorama actual los consumidores han cambiado, adaptando sus hábitos de consumo para hacer frente al aumento de los precios, pero como señalan desde El Mundo, en el último año el gasto de los jóvenes en bares, restaurantes, viajes o ropa prácticamente duplica la tasa del Índice de Precios de Consumo.


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En este sentido, José Luis Nueno, escritor de Todo es terrible, pero yo estoy bien, señala que «los ciudadanos más mayores son más cautos en sus inversiones, mientras que los jóvenes, que forman parte de este consumidor en ‘permacrisis’, siguen realizando gasto en categorías como lo son ropa barata, bares y restaurantes, entretenimiento o viajes de bajo coste».

Entre el primer trimestre de 2022 y el mismo periodo de este año, la inflación repuntó en un 5,5%, mientras que el gasto de los consumidores más jóvenes en productos y servicios aumentó. Categorías como ropa y calzado (10,2%), restauración (10%), viajes y hoteles (9%) o vuelos y alquiler de vehículos (28,7%) son algunas de las que evidencian un mayor aumento entre esta generación de consumidores.

La Generación Z no renuncian a bienes y servicios que no son de primera necesidad

Los miembros de la Generación Z se convierten en la nueva masa de consumidores en medio de un complicado contexto económico. Pero esta realidad resulta paradójica, ya que según el análisis de Nueno de encuestas realizadas en Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y España, un 48% de los encuestados asegura que recortará su gasto en categorías como lo son bares y restaurantes, ropa (40%) o en ocio (38%). Pero la realidad es que el gasto se dispara principalmente en estas categorías.

Nueno señala que este comportamiento de los consumidores más jóvenes puede ser una consecuencia de su pesimismo en relación a las bajas posibilidades de independizarse, crear su propio hogar o formar familias. «Sin proyectos a largo plazo que puedan requerir ahorro, destinan su presupuesto a gastos más asequibles», asegura el profesional.

El profesional señala que como los más jóvenes no sienten «el peso de las cargas financieras más recurrentes, como seguros o hipotecas», destinan sus ingresos a otro tipo de «placeres asequibles» que pueden permitirse.

En este sentido, existe una creciente necesidad de desconexión por parte de los consumidores, es decir, las personas desean escapar de la normalidad marcada por la permacrisis, mediante experiencias como pueden ser viajes o experiencias gastronómicas, según los resultados del informe «The Future 100» de Wunderman Thompson presenta.

El gasto aumenta, y el ahorro disminuye

Esta es una tendencia que coincide con los resultados del informe AECOC Shopperview, que señala que, aunque la situación económica de la mitad de los hogares españoles ha empeorado, el consumidor no renuncia a determinados gastos.

Según el informe, un 35% de los encuestados gasta igual o más que el año pasado en categorías como ocio, espectáculos, cultura y viajes, mientras que un 16% de los encuestados afirma que el número de productos premium o gourmet que adquiere ha aumentado. Por su parte, el 61% de ellos asegura que sigue saliendo igual o más que en 2022 a bares y restaurantes.

El estudio toma como referencia un consumidor con un salario promedio de 19.817 euros anuales. Y calcula que su gasto asciende a 22.598 euros. Por lo que la diferencia entre ingresos y gastos la paga con ahorros, crédito o la ayuda de la red familiar.

Desde El Mundo señalan que esta realidad se da en un contexto en el que los sueldos han aumentado un 5,4% pero la inflación ha repuntado el 5,5% en el mismo periodo. De este modo, «las mejoras salariales han ido a la zaga de la inflación», como señala Nueno, y por ello casi la mitad de la población se siente empobrecida.

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