Continúa la ola de despidos en el seno de la industria tecnológica, que ya vivió un «annus horribilis» en 2023 y ha comenzado 2024 empuñando igualmente las tijeras. La última empresa tecnológica en anunciar recortes ha sido Microsoft, que despedirá a alrededor de 1.900 empleados en su división de «gaming», el equivalente al 9% de la plantilla de esta unidad de negocio.
De acuerdo con Phil Spencer, CEO de Microsoft Gaming, los despidos forman parte de un «plan de ejecución» más amplio que reducirá el tamaño de «áreas cuyas tareas se solapan». Resulta en todo caso sorprendente que los recortes se produzcan apenas tres meses después de que la empresa de Redmond consiguiera cerrar la adquisición de la empresa de videojuegos Activision Blizzard, que se demoró casi dos años como consecuencia de los múltiples escollos que pusieron las autoridades reguladoras para dar luz verde a la operación.
Se da además la circunstancia de que Mike Ybarra, presidente de Activision Blizzard, anunciaba ayer, precisamente cuando se dieron a conocer los despidos, que se desvincularía profesionalmente de la compañía de «gaming» y de Microsoft.
