Puede que Facebook siga siendo la red social más popular del mundo, pero la plataforma ha perdido casi por completo a los usuarios más codiciados: los adolescentes. Estos jóvenes internautas buscan en Snapchat o Instagram un espacio propio en el que sus padres (o sus abuelos) no estén presentes.
Sin embargo, la compañía de Mark Zuckerberg no está dispuesta a dejar escapar a este rentable público y, por ello, ha comenzado una reestructuración de la división de la compañía dedicada a la creación de proyectos dirigida especialmente a los adolescentes.
Entre los cambios que han puesto en marcha se encuentra la suspensión de apps como LOL o High School Networks for Messenger para, en su lugar, dar prioridad a Messenger Kids, un servicio de mensajería creado a finales de 2017 de funcionamiento similar a Messenger, pero concebido como una app individual.
Aunque el nacimiento de esta plataforma no fue bien recibido por asociaciones y usuarios, que advertían del peligro que suponía abrir la puerta del mundo social a los menores de 13 años, la compañía ha ido refinando las funciones para ofrecer mayor control parental.
Así, opciones como el establecimiento de horarios de uso de la app o la introducción de códigos de verificación para añadir nuevos amigos a los chats han sido algunas de las incorporaciones a la app en la que ahora Facebook deposita su confianza para ganarse, de una vez por todas, al público más joven.