La moralidad del marketing está a expensas de una sociedad cambiante
A vueltas con la moralidad eternamente mutable del marketing
La sociedad pone límites al marketing cuando éste se deja la moralidad en el tintero, pero lo que esa sociedad tilda de moral o amoral cambia a largo del tiempo.
¿Se limita el marketing a servir a las necesidades (ya existentes del cliente) o va más allá y se toma la molestia de crearlas? Esta pregunta emerge tarde o temprano en el horizonte cuando el marketing y sus múltiples vicisitudes tratan de trasladarse a un público no necesariamente avezado en esta disciplina.
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