Para poder alcanzar el objetivo de marketing de una marca, que es llegar al público objetivo, será necesario la puesta en marcha de una serie de acciones que faciliten el camino para alcanzar un fin determinado como puede ser: posicionar la marca, aumentar el engagement con sus clientes o generar atención sobre determinados productos o servicios. Sin embargo, con el auge del comercio electrónico y la inmediatez en los procesos que el ecommerce ha traído consigo, muchas marcas han comenzado a plantearse invertir en estrategias de marketing más efectivas para poder maximizar así el retorno de la inversión de una forma más rápida.
En este contexto, la pregunta es ¿Cómo se puede conseguir esto? Aquí entra en juego una nueva estrategia de marketing digital, denominada performance marketing, que a través de acciones de marketing específicas como el marketing gaming se pueden generar resultados medibles y concretos en una campaña. El uso de las mecánicas del juego en el mundo del marketing puede hacer que las marcas lleguen a millones de usuarios promoviendo una relación más cercana y de una forma más natural con el público.
Desde pequeños, los juegos siempre nos han evocado diversión, motivación, implicación y por supuesto, una buena experiencia. Por ello, cuando una campaña de marketing crea esa sensación, al consumidor le llegan recuerdos placentreros y fija su interés con mayor facilidad. En ese punto donde se convierte la gamificación en una de las estrategias óptimas dentro del performance marketing.
Además, la gamificación como herramienta de marketing, permite transmitir mensajes y generar en el público una experiencia con distintos niveles de implicación, dependiendo del objetivo de la acción. Los juegos tienen habilidades muy potentes de engagement en función de la mecánica propuesta como, por ejemplo, ganar puntos, superar niveles, obtener un premio, competir con otros jugadores e incluso poner a prueba habilidades o conocimientos. Asimismo, las marcas se ven beneficiadas con el uso de la gamificación en sus estrategias, ya que les facilita la recopilación de datos para conocer cuál es el perfil de sus clientes habituales y potenciales.
No obstante, antes de aplicar la gamificación a una estrategia de marketing, se debe tener en cuenta que, del mismo modo que existe una gran variedad de juegos, también se pueden encontrar diferentes tipos de gamificación que pueden adaptarse en función del tipo de marca o consumidor. Por lo tanto, para construir una buena estrategia de gamificación se debe seguir una serie de pasos:
- Definición de los objetivos. La gamificación, además de incrementar las ventas o dar a conocer la marca, puede alcanzar otros objetivos como la consecución de encuestas de satisfacción para conocer la opinión de los clientes, generar engagement con los compradores en redes sociales, etc.… Por ello, es necesario que antes de empezar con el plan de gamificación, se decida qué es lo que se quiere conseguir.
- Premios tentadores. La recompensa será el motivo más atrayente para atraer clientes, por lo tanto, su elección es clave. Se debe escoger el premio que resulte más interesante según el tipo de cliente para que la campaña tenga un gran éxito.
- Selección de un juego sencillo, atractivo y acorde a los objetivos. Este puede ser uno de los pasos más complicados, ya que existe una gran cantidad de opciones disponibles. Por ello, lo que resulta más adecuado es tener en cuenta siempre los objetivos para elegir el juego más adecuado.
- La importancia del feedback de los clientes y la monitorización de los resultados. Antes de obtener conclusiones, es importante el monitoreo diario del feedback de los clientes, lo que puede ayudar a reforzar o corregir aspectos durante la marcha de la campaña. Y, una vez finalizada, analizar los resultados para saber qué es lo que ha funcionado y qué es lo que se debe mejorarse de cara a futuras campañas.
En definitiva, el performance marketing ayuda a trasladar al usuario mensajes relevantes, creando el entorno perfecto a través del gaming.
