Parece que estamos en lo que solo puedo llamar una «calma de la IA». La emoción inicial sobre ChatGPT, que comenzó en enero, ha disminuido. Las búsquedas en Google sobre ChatGPT alcanzaron su punto máximo en abril y ahora han disminuido significativamente, al igual que la participación de los clientes con ChatGPT. Claude 2, un nuevo y maravilloso modelo lanzado en julio por Anthropic, no ha capturado la imaginación del público de la misma manera que lo hizo ChatGPT.
No te dejes engañar. Si bien la exageración y el marketing pueden haber disminuido, al menos en el lado minorista, la revolución de la IA continúa avanzando. Y será tan transformadora como se prometió.
Toda tecnología revolucionaria atraviesa un período en el que deja de ser tan emocionante. El colapso de las empresas punto com ocurrió en 2000, pero incluso antes de eso, el comercio en línea era decididamente mediocre. Solo dos años antes, Paul Krugman observó que tal vez internet estaba sobrevalorado, y lo cierto es que en 1998, no estaba completamente equivocado.
Yendo aún más atrás, consideremos la introducción de la electricidad en las fábricas en el siglo XIX, que tuvo muchos avances y retrocesos a lo largo de varias décadas. La imprenta tuvo un impacto mucho mayor en Europa en el siglo XVII, debido a la tecnología más barata y al papel, que inmediatamente después de la invención de Gutenberg a mediados del siglo XV.
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En cuanto a la IA generativa: entre muchos de mis amigos y conocidos, incluidos mis colegas académicos, su uso se ha estabilizado. Lo han probado, no siempre utilizando técnicas eficaces, y quedan impresionados (o no) en diferentes grados. Ven a la IA como una novedad fascinante, pero separada de su trabajo.
En realidad, este es un estado saludable para el desarrollo de la inteligencia artificial. Se nos está concediendo tiempo para procesar los avances en IA y comprender que los modelos de lenguaje grandes realmente pueden realizar muchas tareas a un alto nivel.
El mercado de valores también ha tenido tiempo para asimilar esta información, lo que ha llevado a valoraciones mucho más altas para Nvidia, pero no hay señales en los precios de mercado de que la IA anuncie el fin del mundo, como algunos críticos han afirmado. Un panel de superpronosticadores ha calificado el riesgo existencial de la IA como bajo, y afortunadamente la mayoría de las conversaciones apocalípticas se han desvanecido en el ruido de fondo.
Dicho esto, la realidad es innegable: la IA generativa y los LLM continúan avanzando a pasos agigantados. OpenAI está lanzando nuevos servicios comerciales que permiten a las empresas y otras instituciones ajustar la IA generativa a sus propios datos.
Google ha anunciado algo llamado Gemini, supuestamente mucho más poderoso que el GPT-4 de OpenAI, posiblemente disponible a partir de diciembre. En algún momento es probable que también llegue el GPT-5. Ahora existe un LLM en árabe, producido en los Emiratos Árabes Unidos. Eso es una señal positiva para una mayor innovación global y aceptación de las herramientas de IA.
Quizás lo más significativo es que los modelos de IA de código abierto están avanzando a un ritmo rápido, incluso si la mayoría de los usuarios ocasionales no se dan cuenta. Muchos modelos fueron lanzados o mejorados en agosto, con resultados generalmente mejores de lo que se podría haber esperado hace solo unos meses. La IA de código abierto crea recursos en los que otros programadores pueden basarse, al igual que pueden hacerlo con el sistema operativo de código abierto Linux. Quizás la IA de código abierto nunca domine en el extremo minorista del mercado, pero impulsará mucha innovación.
En resumen, aunque muchos usuarios y comentaristas han pasado a otra cosa o se han aburrido de la IA, su poder transformador sigue creciendo.
Puedo afirmar que los LLM siguen siendo discutidos en las universidades, principalmente porque muchos estudiantes los usan para hacer trampa (y a veces para trabajar mejor dentro de las reglas). Sin embargo, la respuesta política real de la academia ha sido vaga, ya que las prácticas de evaluación y en el aula no han cambiado mucho. Nuevamente, eso probablemente sea óptimo, porque aún no estamos listos para lo que pueda venir a continuación, ya sea más exámenes orales o más exámenes de computadora co-creados y calificados por IA.
Hace poco tiempo caminé por Tysons Corner Center en el norte de Virginia, uno de los centros comerciales más grandes de Estados Unidos, que atiende a una comunidad próspera y bien educada. No vi ni una sola señal o indicador que hiciera referencia a la IA. No había carteles anunciando los nuevos juguetes impulsados por IA para Navidad. No había aplicaciones de compra mejoradas por IA. No había salones de belleza asistidos por IA. Sin embargo, había muchas más tiendas que vendían ropa de alta gama.
No soy el público objetivo de camisas caras y elegantes. Pero podría estar más interesado cuando la IA diseñe la camisa y luego recomiende cuál debería comprar.
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Esta columna no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial ni de Bloomberg LP y sus propietarios.
Tyler Cowen es un columnista de Bloomberg Opinion. Es profesor de economía en la Universidad George Mason y escribe para el blog Marginal Revolution. Es coautor de «Talent: How to Identify Energizers, Creatives, and Winners Around the World» («Talento: Cómo identificar energizadores, creativos y ganadores en todo el mundo»).
