Cinco pasos éticos para el uso consciente de la IA en las empresas

IA
  • Especialista destaca la importancia de utilizar algoritmos y modelos que
    sean interpretables y comprensibles, de modo que los resultados y las
    decisiones tomadas por la IA puedan ser rastreados y comprendidos por
    los expertos y los usuarios.
  • Desde el 2019, el presupuesto invertido en el desarrollo de esta
    herramienta supera los 40 mil millones de dólares.

Lima, agosto del 2023.- La IA ha demostrado tener un enorme potencial para
transformar las empresas y mejorar la eficiencia, la productividad y la toma de
decisiones. Sin embargo, para aprovechar al máximo sus beneficios y evitar posibles
riesgos, es crucial fomentar la capacitación de los colaboradores y adoptar un enfoque
consciente y ético en su implementación.

Según una encuesta realizada por Edelman en 2021, el 73% de los encuestados a
nivel global expresó preocupación por la falta de ética en el uso de la IA, y el 67%
creía que las organizaciones deberían ser reguladas para garantizar un uso ético de la
tecnología de IA. En tanto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos señaló que​ la inversión en investigación y desarrollo de IA desde 2019
superó los 40 mil millones de dólares; y que más del 50% de las empresas
encuestadas en Europa ya han implementado sistemas de IA en sus operaciones.


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“Cuando pensamos en un enfoque ético de la IA, debemos analizar y pensar en los
sesgos que estarían presentes en la generación del algoritmo, hasta tener reglas
claras sobre cómo se hará el reskill (recapacitación) de los/as colaboradores/as que
ahora deban cambiar de tareas por el impacto de la IA en su día a día”, comenta
Claudia Talavera, Managing Director de Experis, una marca de ManpowerGroup,
especialista en la sección y reclutamiento de talentos IT.

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En la aplicación de la IA en las empresas, Talavera comparte cinco pasos prioritarios
para el uso ético y consciente de esta nueva herramienta:

1. Fomentar una cultura ética: el primer paso para un uso consciente de la IA es
establecer una cultura ética en toda la organización. Las empresas deben
definir y comunicar claramente los valores y principios éticos que guiarán el uso
de la IA. Esto implica tener políticas y procedimientos claros que protejan la
privacidad de los datos, eviten el sesgo algorítmico y garanticen la
transparencia en las decisiones automatizadas.

2. Capacitar a los talentos de manera especial: las empresas deben invertir en
programas de capacitación y desarrollo profesional para sus empleados, tanto
en habilidades técnicas relacionadas con la IA como en comprensión de los
aspectos éticos y legales asociados. Además, se deben promover espacios de
diálogo y reflexión sobre los desafíos éticos de la IA, fomentando una mentalidad de responsabilidad y toma de decisiones éticas en todos los niveles
de la organización.

3. Garantizar la transparencia y explicar el funcionamiento: la opacidad de los
algoritmos de IA puede generar preocupaciones en términos de confianza y
responsabilidad. Es importante que las empresas se esfuercen por garantizar
la transparencia y explicar claramente cómo funcionan los sistemas de IA. Esto
implica utilizar algoritmos y modelos que sean interpretables y comprensibles,
de modo que los resultados y las decisiones tomadas por la IA puedan ser
rastreados y comprendidos por los expertos y los usuarios. Del mismo modo,
es necesario tener un trabajo previo sobre los sesgos, para aprender a
identificar los que pueda tener la IA producto de su programación, y así
detectarlos y corregirlos.

4. Considerar los impactos sociales y laborales: la implementación de la IA
puede tener implicaciones sociales y laborales significativas. Las empresas
deben considerar y evaluar cuidadosamente los posibles impactos en los
colaboradores, los clientes y la sociedad en general. Es necesario anticipar y
abordar las preocupaciones relacionadas con la automatización de tareas, la
reestructuración de puestos de trabajo y la equidad en el acceso a la
tecnología, adoptando medidas para mitigar los impactos negativos y
maximizar los beneficios sociales.

5. Evaluar de forma continua y adaptarse: la implementación de la IA es un
proceso en constante evolución. Las empresas deben establecer mecanismos
de evaluación y seguimiento continuo para identificar y abordar los posibles
riesgos éticos y ajustar sus prácticas en consecuencia. Esto implica
mantenerse actualizado sobre las mejores prácticas, las regulaciones y los
estándares éticos emergentes en el campo de la inteligencia artificial, y estar dispuestos a
realizar cambios y mejoras en el enfoque utilizado.

“El uso consciente de la IA en las empresas implica un trabajo en el corto y el largo
plazo, pero hay que mirar el hoy para dejar reglas claras que sirvan en el futuro,
cuando la IA esté mucho más evolucionada, y del mismo modo su uso”, concluyó
Claudia Talavera, Managing Director de Experis.