La versión 2020 de la naked sport de Kawasaki se renueva en términos de confort y tecnología para ofrecer una moto más agradable de conducir, la cual sigue confiando en el propulsor bicilíndrico en línea de 68 CV de potencia.
Lanzada en 2017, la Kawasaki Z650 vino a rellenar el espacio que había entre la potente Z900 y los modelos de baja cilindrada. Su razón de ser, al igual que el resto de la gama, es clara: satisfacción a la hora de conducir gracias a una moto de peso medio manejable y con una entrega de potencia suave pero no aburrida.
Lanzada en 2017, la Kawasaki Z650 vino a rellenar el espacio que había entre la potente Z900 y los modelos de baja cilindrada. Su razón de ser, al igual que el resto de la gama, es clara: satisfacción a la hora de conducir gracias a una moto de peso medio manejable y con una entrega de potencia suave pero no aburrida.
Estéticamente, los cambios se pueden apreciar en los grupos ópticos, que ahora son LED o en el nuevo asiento trasero, que cuenta con un mejor acolchado. Asimismo, la paleta de colores crece con tres opciones disponibles: Candy lime green/ metallic spark, metallic spark black y blizzard white/ metallic spark black.
En el plano mecánico no vamos a encontrar ninguna diferencia, pues emplea el motor de dos cilindros en línea, derivado de la Ninja 650 o la Versys, que desarrolla 68 CV a 8.000 rpm y un par máximo de 65,7 Nm a 6.5000 rpm y que está asociado a una caja de cambios de seis velocidades. La parte ciclo también permanece sin cambios, por lo que seguirá confiando en una estructura de acero de tubular y basculante asimétrico en aluminio.
Es en la vertiente tecnológica donde se han concentrado la mayoría de los cambios, entre otras cosas, por la instalación de una pantalla TFT a color de 4» y que dispone de información como el indicador de marcha engranada o conducción económica. Integra también conectividad a través de Bluetooth a través de la app Rideology
