La pandemia y todas las medidas de prevención han tenido un gran impacto en el sector de la viña y el vino. Algunas bodegas han sido capaces de reinventarse y hacer frente a las dificultades, como es el caso de la bodega La Vinyeta, un proyecto iniciado hace cerca de veinte años por dos jóvenes emprendedores, Josep y Marta. Este proyecto ampurdanés, ha demostrado una capacidad innata de generar propuestas ingeniosas e ilusionantes: sus gallinas se alimentan del rechazo del prensado de la uva de la bodega, las ovejas pastan sus viñedos y así comen las malas hierbas y abonan la tierra y con la leche producen quesos que complementan todos los demás productos que elaboran a día de hoy: los huevos, la miel, el aceite y los vinos.
La Vinyeta ha sido uno de los pioneros en el desarrollo del enoturismo en el país, por lo que recibió el premio nacional de enoturismo hace tres años. Su propuesta es amplia y reconocida; ofrecen visitas, catas, desayunos, picnics e incluso se puede dormir entre viñedos. Ante la imposibilidad de acoger visitantes durante los fines de semana la bodega ha abierto las puertas de su hotel a artistas y creadores. De forma altruista han acogido entre viñedos a todo tipo de creadores: escritores, diseñadores, pintores, escultores, músicos, cantantes, bailarines e, incluso, una forjadora artística. Josep Serra, uno de los propietarios, nos cuenta que «de esta manera ayudamos el sector de la cultura y del arte a encontrar espacios de inspiración pero también quedamos impregnados de su genialidad para crear nuevos proyectos».
Para hacer frente al cierre de la restauración, su mercado principal, han impulsado la venta a distancia. Ofrecen sus productos y obsequian a sus clientes con propuestas originales. Según la temporada, acompañan los pedidos con un saco de aceitunas y las instrucciones para salarlas o con un vástago de viña que sus clientes pueden plantar en una maceta en el balcón de casa. Según nos afirman, la estima de sus visitantes y clientes les han ayudado a superar los momentos más duros de la pandemia. Parte de los ingresos de estas ventas son aportados para la investigación contra la Covid-19.
Nuevos retos se encuentran en el horizonte del sector vitivinícola más allá de la pandemia. Todo parece indicar que el cambio climático llevará temperaturas más altas en el verano y episodios de sequía prolongados. Conscientes del impacto potencial del cambio climático, La Vinyeta ha participado recientemente en el proyecto piloto Rewine para la recuperación y reutilización de botellas de vino. En doce meses han recuperado 7.500 botellas vacías gracias al retorno de sus clientes. Tras de limpiarlas y desinfectarlas han sido reutilizadas en la misma bodega. Así han conseguido reducir un 28% la emisión de gases de efecto invernadero. También ha tomado medidas para minimizar el consumo de agua y reutilizar las aguas sucias de la limpieza de tinas y barricas de la bodega. En colaboración con la Universidad de la Coruña y el IRTA han puesto en marcha una planta piloto que depura el agua mediante un innovador sistema de humedales. Si la medida es exitosa, prevén transferir la experiencia a otras bodegas del país.
