Evolución tecnológica: re-imaginar el mañana ¿hoy?

Jorge Izurieta

Re-imaginar el mañana ¿hoy?

 Por Jorge Izurieta, Partner de BBK+2Brains


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Estamos ante una inminente invasión. Agentes personales y empresariales se convertirán en los copilotos de nuestras vidas. Bill Gates, en la última conferencia de Goldman Sachs, lo puso en simple. Quien desarrolle el mejor agente personal de inteligencia artificial, lo ganará todo. “Nunca volverás a un sitio de búsqueda”, dijo. «Nunca irás a Amazon».

Ante el ruido generado por las expectativas del cambio, distingamos la señal. Partamos sin estrés, entendiendo que aún queda mucho partido por ganar en este ciclo tecnológico. Si bien este es uno que pinta rápido, la instalación de una tecnología en la economía suele tomar años, hasta décadas. Tiempo entonces, hay. Pero partamos hoy.

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La tecnología puede parecer mágica, pero no lo es, y capturar el verdadero potencial de la IA en un ambiente empresarial hoy requiere densidad de talento técnico y una estrategia de datos ya avanzada.

Algunos afortunados incumbentes pueden tomar esta ola tecnológica en un buen punto y surfearla con confianza. Más que suerte, disciplina: años atrás decidieron evaluar su negocio bajo un entorno futuro y respaldaron esas aspiraciones asignándoles capital en serio. Acompañaron palabras con acciones y hoy pueden sacarle el jugo a los nuevos Agentes de IA empresarial que van apareciendo.

¿Y si nos estamos quedando atrás? Invierta en Agentes, igual. ¿Por cuáles partir? El eterno Peter Drucker, fuente de sabiduría acíclica, nos dejó otra señal: “En la mayoría de las organizaciones, el cuello de botella está en la parte superior de la botella.”

Agentes que no necesariamente tienen profundidad tecnológica pero que sí conocen sus puntos ciegos. Agentes que suben a la mesa a otros que sí la tienen, aun cuando tengan menos canas. ¿Y si no está dentro de la organización? Estos agentes también saben cómo atraer y motivar ese talento 10x con un propósito empresarial convocante y un proyecto desafiante.

Incorporemos al talento técnico en el proceso de estrategia, que su verdadero impacto se logra al inicio, cuando se les expone a problemas de negocio complejos e identifican mejores soluciones que aprovechan el poder de la data y el código. No hay magia en tecnología, dijimos, pero esta visión de potencialidad tecnológica que posee el buen talento técnico se acerca bastante. Dejarla solo para ejecutar requerimientos «del negocio» es desaprovecharla por completo. Cada industria tendrá ganadoras distintas, pero si hay algo en común que tendrán esas estrategias es que serán buenas ideas materializadas, mayormente, en código.

Por eso, al menos mientras el escenario pesimista de una invasión artificial no se concrete, el resultado del partido seguirá estando en manos de nuestros Agentes Humanos. Démosles el espacio de re-imaginar el mañana para construir mejor, hoy.

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