Ecommerce vs. Probadores inteligentes

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Si hablamos de ropa, la estrategia pasa por pedir mucho, probárselo en casa, quedarnos con lo que nos convence y devolver el resto en una tienda física o enviarlo por correo ordinario.

Un microscópico agente infeccioso, ese maldito virus que ha cambiado el paso al mundo entero estos dos años, no sólo ha causado muerte, sufrimiento y crisis económica y social sino que también ha consolidado las ventas a través de internet de todo tipo de bienes y servicios. En España, el ecommerce ya representa casi el 21% del negocio de venta de moda –prendas de vestir, calzado, accesorios y textil hogar– y el 15,6% del volumen, según el informe de la moda online en España 2022, elaborado por modaes.es, Kantar y Prodware.


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Cifras aparte, obligados por la pandemia o la natural pereza humana

El caso es que hemos descubierto las ventajas de comprar a golpe de clic. Pero no es lo mismo adquirir un libro, un videojuego o un televisor que una prenda de vestir en la que hay que elegir color, talla o textura. Las pantallas del móvil, la tablet o el PC no permiten calibrar bien las características de una camiseta sobre el cuerpo de una persona cuya complexión física puede no parecerse a la nuestra. Al final, si hablamos de ropa, la estrategia pasa por pedir mucho, probárselo en casa, quedarnos con lo que nos convence y devolver el resto en una tienda física o enviarlo por correo ordinario.

Ante este panorama, planea la sombra del bautizado como “apocalipsis retail”, es decir, que las grandes cadenas y firmas decidan cerrar sus tiendas a pie de calle o en centros comerciales y centren todos sus esfuerzos en la venta online, con muy pocas tiendas espectaculares y simbólicas en puntos estratégicos de las grandes ciudades. El impacto en el empleo puede ser dramático porque no sólo hablamos de los empleados de las tiendas de ropa, sino de arrastrar de paso a restaurantes, cines o locales de ocio variados que conviven en cualquier centro comercial.

Está claro que si nos referimos simplemente al acto de comprar un artículo que nos gusta, mejor que llegue a casa frente a gastar gasolina y tiempo acudiendo en persona a la tienda. Por eso surgen teorías acerca de ofrecer experiencias únicas y personales al comprar en tienda, de plagarlo todo de olores, sabores, performances, shows y diversión que de ninguna manera puede ofrecer la fría compra online.

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