Colonialismo digital: el lado oscuro de la globalización tecnológica

talento digital
Digital transformation concept. System engineering. Binary code. Programming.

Colonialismo digital: el lado oscuro de la globalización tecnológica, en la era de la información y la tecnología, vivimos en un mundo cada vez más conectado, donde la digitalización ha transformado –como se repite a menudo– la forma como vivimos, trabajamos y nos relacionamos con el mundo.

Es indudable que la tecnología tiene beneficios y es una herramienta poderosa que puede mejorar la vida de las personas. La globalización de las comunicaciones y de la información ha hecho posible que personas de todo el orbe se conecten y compartan ideas, conocimientos y experiencias.


Banner_frasco-suscripcion-800x250

Sin embargo, bajo la superficie atractiva de esta revolución tecnológica se oculta un lado oscuro que a menudo pasa desapercibido: la colonización digital, una consecuencia de la globalización tecnológica.

¿Qué es el colonialismo digital?

Este fenómeno se refiere al poder y la influencia desproporcionada de las grandes empresas tecnológicas, de Internet y digitales en la cultura, la economía y la política de los países, generando dependencia y desequilibrios.

El término “colonialismo digital” describe cómo las grandes compañías y plataformas tecnológicas de países desarrollados como Estados Unidos y China, pero no exclusivamente, ejercen un control sobre la infraestructura, la economía y la cultura digital de países menos desarrollados, de manera análoga a cómo las potencias coloniales históricas controlaron territorios y recursos en el pasado.

Desde luego, el colonialismo digital es un concepto controvertido porque apela a un antecedente histórico de dominación de un país imperial sobre otro colonizado. En la era digital se traduce a las preocupaciones sobre el poder y la influencia de las grandes empresas tecnológicas y digitales globales y sus implicaciones en el resto de los países del mundo.

Quizá la diferencia más palpable con el colonialismo de los siglos precedentes, es que el colonialismo digital no sólo crea desequilibrios en las naciones menos desarrolladas, sino que también ejerce su influencia sobre países avanzados y con un desarrollo tecnológico considerable, pero que no tienen dentro de su economía y modo de desarrollo grandes corporaciones digitales que sean un contrapeso a las de Estados Unidos o China.

Digital X Files | Sonría, lo estamos filmando

El colonialismo digital implica una dependencia significativa de las tecnologías, plataformas y servicios ofrecidos por estas corporaciones tecnológicas extranjeras y sus respectivos países, lo cual lleva a múltiples desequilibrios y desafíos en diversas áreas.

Las grandes plataformas tecnológicas como Google, Amazon, Facebook (Meta) y Apple (las llamadas GAFA), pero no exclusivamente, han acumulado un inmenso poder económico y político en los últimos años, y son ampliamente aceptadas por la sociedad y los usuarios, lo cual no ocurría tan de buena gana con el colonialismo tradicional.

Su capacidad para desarrollar tecnología, fabricar equipos, recopilar datos, crear algoritmos sofisticados y ofrecer servicios digitales a gran escala les ha permitido influir en la vida cotidiana de miles de millones de personas en todo el mundo que utilizan sus productos, gadgets, redes sociales y servicios.

La colonización digital se manifiesta de varias formas, como la imposición de estándares, normas y valores culturales ajenos a las comunidades locales; la extracción y el uso de datos personales y colectivos sin el consentimiento o el beneficio para los usuarios; la creación de dependencia tecnológica y económica de los países periféricos hacia los países centrales; y la interferencia en los procesos democráticos y las decisiones políticas.

Es evidente que este poder tecnológico no está distribuido de manera equitativa y suele concentrarse en manos de unas pocas corporaciones con sede en unos pocos países desarrollados.

Características del colonialismo digital

Pero, ¿cuáles serían algunos rasgos distintivos del colonialismo digital?

La primera característica es que las grandes plataformas tecnológicas de países desarrollados dominan los servicios en línea, las redes sociales, el almacenamiento de datos y otros aspectos esenciales de la vida digital de las personas en los países en desarrollo.

Segundo, dichas naciones poco desarrolladas y sus ciudadanos pueden volverse dependientes de estas empresas para acceder a tecnologías y servicios esenciales, desde sistemas operativos y software hasta redes sociales y almacenamiento en la Nube. Esto puede limitar su capacidad para desarrollar y controlar su propia infraestructura tecnológica, en algo que se ha denominado “soberanía digital”.

El tercer aspecto a considerar es que las grandes empresas tecnológicas tienden a acumular enormes cantidades de datos de usuarios de todo el mundo. Este control de datos y metadatos puede tener implicaciones significativas en la privacidad y la seguridad de la información personal. Además de que les permite a las plataformas no sólo mejorar la calidad de sus servicios, también pueden diseñar nuevos modelos de negocio a partir de los datos conductuales de los usuarios, a veces sin su consentimiento.

Un cuarto elemento es que la colonización digital puede afectar la cultura local y promover la homogeneización, ya que las plataformas globales a menudo promueven contenidos y valores occidentales –o incluso asiáticos– en detrimento de las culturas nacionales.

Sexto: las empresas tecnológicas extranjeras a menudo pueden eludir regulaciones locales y pagar impuestos mínimos, lo cual afecta negativamente la economía local y debilita la competencia con las empresas del territorio nacional.

Finalmente, el poder económico y la influencia política de las grandes empresas tecnológicas de Internet pueden ejercer una presión significativa sobre los gobiernos de los países, lo cual puede llevar a concesiones, políticas públicas y regulaciones que benefician a estas empresas en lugar de proteger el interés público.

Casos de colonialismo digital

Algunos ejemplos de colonialismo digital son la difusión de plataformas digitales como Meta, Google, Amazon o Netflix, que dominan el mercado global y ofrecen servicios y contenidos adaptados a sus intereses comerciales y culturales.

También la recolección masiva de datos por parte de estas empresas de Internet, que los utilizan para generar perfiles de los usuarios, personalizar la publicidad, influir en el comportamiento, ofrecerlos a terceros o cooperar con gobiernos autoritarios.

Uno de los aspectos más evidentes del colonialismo digital es la dependencia de los países en desarrollo de las infraestructuras, los dispositivos, los programas cibernéticos, las soluciones y los servicios tecnológicos provistos por las empresas tecnológicas, que por falta de condiciones estructurales carecen de un desarrollo óptimo de la ciencia y la tecnología, y ven limitada su capacidad de innovación.

Influencia cultural

Por lo tanto, la colonización digital tiene un impacto evidente en la cultura de las regiones menos desarrolladas del mundo. Es indudable que las plataformas y los servicios de las grandes empresas de Internet están moldeando las formas de comunicación, entretenimiento y consumo de información de las sociedades.

Un ejemplo incontrovertible es la influencia de las redes sociales en la cultura de los jóvenes de América Latina y el resto del mundo. Estas plataformas están impulsando la difusión de tendencias y valores culturales occidentales o asiáticos, lo cual desplaza las culturas locales.

Tampoco debemos radicalizar este punto: las propias plataformas de redes sociales como YouTube, Netflix, Spotify o TikTok han permitido la difusión de contenidos, valores y expresiones culturales que de otra manera no hubiera sucedido, gracias a la difusión que permiten tecnologías como los smartphones.

No obstante, las plataformas y servicios ofrecidos por las grandes empresas tecnológicas a menudo promueven una cultura global homogénea en detrimento de las expresiones locales, como es el caso de series y películas originales de Netflix, las cuales se producen bajo una lógica de consumo audiovisual global.

La predominancia de las redes sociales y el contenido generado por usuarios influencers, por mencionar otro caso, puede llevar a la pérdida de identidad cultural, la imitación y la promoción de valores en todo el mundo.

Además, estas plataformas tienen el poder de censurar, moderar o limitar la visibilidad de contenidos que no se ajusten a sus estándares, políticas de moderación o de la comunidad, lo cual afecta la libertad de expresión y la diversidad cultural.

Impacto económico

En el ámbito económico, el colonialismo digital puede tener efectos adversos en las economías locales. Las grandes empresas tecnológicas suelen eludir impuestos y regulaciones locales, lo que socava la capacidad de los gobiernos para recaudar ingresos y regular sus propios mercados.

Además, al controlar las plataformas y los servicios digitales que utilizan millones de personas, estas empresas pueden dictar las reglas del juego económico y favorecer a las empresas globales en detrimento de las pymes o startups locales.

Esto puede llevar a la concentración del poder económico digital en manos de unas pocas corporaciones extranjeras y debilitar la capacidad de las compañías locales para competir.

Efectos políticos

La colonización digital también tiene un impacto en la política de los países. Las herramientas digitales se expandieron por todos los aspectos existenciales y crearon una cotidianeidad reticular a través de la cual la comunicación fluye de forma instantánea e ininterrumpida.

Los líderes políticos y sus actos de comunicación hacia los gobernados también se ven presionados por la inmediatez de las redes sociales, a veces abrumados por una sobreinformación saturada de reacciones y toxicidad, a la cual los dirigentes políticos también contribuyen.

Las grandes empresas tecnológicas pueden influir en la opinión pública y la toma de decisiones políticas a través de la configuración de algoritmos y la difusión de desinformación, como ocurrió con la influencia de las redes sociales en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016 y el triunfo del ahora expresidente Donald Trump. Facebook, Twitter y YouTube fueron utilizadas para difundir noticias falsas y propaganda, lo cual tuvo un impacto significativo en el resultado de las elecciones.

Además, su poder económico les permite ejercer presión política sobre los gobiernos, las instituciones y los reguladores para obtener concesiones y ventajas regulatorias o legislativas. Esto puede llevar a un desequilibrio en el sistema político y socavar la democracia al permitir que el poder corporativo digital gobierne sobre el interés público.

¿Cómo enfrentar el colonialismo digital?

El colonialismo digital genera dependencia de las grandes empresas digitales que controlan aspectos clave de la vida moderna conectada, desde la comunicación hasta el acceso a la información y los servicios digitales esenciales.

Esta dependencia puede ser peligrosa, ya que estas plataformas tienen la capacidad de tomar decisiones unilaterales que afectan a millones de personas sin rendir cuentas a la sociedad en general.

Además, la concentración de riqueza, de poder y de influencia en manos de unas pocas corporaciones globales contribuye a la desigualdad económica y social en el mundo.

El colonialismo digital es un aspecto complejo que plantea serios desafíos porque la globalización es un fenómeno irreversible. Si bien la tecnología es una fuerza poderosa para el progreso y la innovación, es esencial reconocer y abordar el lado oscuro de la digitalización.

Lo anterior implica la necesidad de comprender cómo funciona la tecnología y usarla para promover la diversidad cultural, el derecho a la información, la libertad de expresión y la defensa de la innovación y el emprendedurismo locales.

Sólo a través de un enfoque equitativo y colaborativo podemos mitigar los efectos neocoloniales de la globalización tecnológica y digital y asegurar que la tecnología beneficie a todos, en lugar de concentrar el poder en manos de unos pocos.

Para abordar estos desafíos, es importante que los gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad civil trabajen en la promoción de regulaciones con conocimiento de causa de la naturaleza de la tecnología y con un enfoque de derechos humanos, con el objetivo de garantizar un acceso equitativo y una distribución justa de los beneficios de la era digital.

La colonización digital es un problema que pone en riesgo la diversidad cultural, la privacidad, la democracia y el desarrollo sostenible.

¿Es posible contrarrestar el colonialismo digital?

Es complejo porque vivimos en un mundo global e hiperconectado. Los países en desarrollo deben invertir en el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la educación, para reducir su dependencia de las tecnologías extranjeras.

También se puede fomentar el desarrollo y el uso de tecnologías libres, abiertas y descentralizadas, que respeten los derechos humanos.

Es posible regular con conocimiento el poder de las grandes empresas tecnológicas, para evitar que abusen de su posición dominante.

Asimismo, se debe alfabetizar a la población sobre los riesgos del colonialismo digital y las oportunidades de la tecnología, así como sobre sus derechos y responsabilidades como ciudadanos digitales, para que las personas puedan tomar decisiones informadas sobre el uso de las tecnologías digitales.

Finalmente, es urgente apoyar la creación y la difusión de contenidos digitales en los idiomas locales, que reflejen la diversidad cultural y lingüística del mundo.

Banner_azules
Reciba las últimas noticias de la industria en su casilla:

Suscribirse ✉