México es un país con mucho más que una mano de obra calificada y eficiente; en el país realmente se genera innovación y talento al que vale la pena apostarle, apunta Juan Alberto González Piñón.
México debe dar mayor importancia a la cadena educación, ciencia, tecnología e innovación, que son actividades estratégicas para una economía más competitiva que impulse un mejor nivel de vida de la población.
La ciencia, la tecnología y la innovación pueden permear positivamente en los temas de la agenda nacional si se promueve la participación activa de la capacidad científica, tecnológica de las universidades y centros de investigación, en atención de los principales retos de la sociedad mexicana.
Este impulso puede iniciarse de diferentes formas, según el atributo que se analice o el criterio utilizado para realizarlo; aquí dejo algunas propuestas:
- Impulsar posturas amplias y profundas del sector privado en la actividad científica y tecnológica.
- Reducir los enfoques endógenos de investigación y desarrollo tecnológico tradicionalmente adoptados de las Instituciones de Educación Superior.
- La vinculación universidad-industria se debe hacer crecer hacia una intención íntegramente concretada.
- La relevancia de las actividades científicas deben hacerse notar claramente, con el fin de atraer el interés laboral de los egresados en áreas básicas y de ingeniería y tecnología.
- La competitividad debe asumirse como criterio rector de la actividad económica del país, esto permite ganar oportunidades en el plano internacional.
- La historia de la ciencia mexicana y sus logros debe contribuir a crear una identidad cultural, no un simple acervo de anécdotas o mera cronología, se debe provocar una transformación decisiva en la imagen de la ciencia que ahora nos domina.
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