CAMPO indicó que el ciclo agrícola 2022-2023 cerró con 19.9 millones de quintales. Los altos precios de los insumos y la tormenta Julia incidieron en los resultados.
La soberanía alimentaria cada vez es menor en El Salvador. Así lo confirman las cifras del ciclo agrícola 2022-2023 brindadas por la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (CAMPO) que ayer reportó una caída de 8.7 millones de quintales de granos básicos.
La gremial detalló que la producción de maíz, frijol, arroz y sorgo, sumó 19.9 millones de quintales, lo que significó una disminución del 30.4 %, si se compara con los 28.6 millones de quintales cosechados en el ciclo 2021-2022.
A inicio de año, las principales gremiales de agricultores del país habían advertido una baja en la producción de cereales debido a la subida de hasta el 100 % en los precios de los insumos, lo cual llevó a los pequeños productores a sembrar menos o no hacerlo.
CAMPO indicó que el país produjo 15 millones de quintales de maíz, de frijol y sorgo se alcanzaron 2 millones de quintales y de arroz 693,500 quintales. Asimismo, aclaró que si bien, aún falta sacar producción, las cifras no tendrán mucha variación.
«Nosotros hemos reiterado que la solución para garantizar la soberanía alimentaria del país es ayudar al productor nacional. Somos del criterio que no se puede hablar de seguridad alimentaria sin hablar antes de soberanía porque al hablar de seguridad no importa de donde venga el producto con tal que la gente tenga para comer pero lo que pasa es que nos atenemos a la producción de otros países», explicó Luis Treminio, presidente de CAMPO.
Además de los altos precios en los insumos agrícolas, factores climatológicos como la tormenta Julia incidieron en la caída de las estadísticas.
«Con la tormenta Julia y la situación de los insumos agrícolas poco produjeron los productores, no crea que hicieron dos o tres manzanas de cultivo, hay quienes que solo media manzana, esa es la realidad. Eso es resultado también de que no haya una estrategia clara del Ministerio de Agricultura para el sector», comentó Carlos Rodríguez, secretario general del Frente Nacional Agrario (FNA).
De acuerdo con el coordinador nacional de la Mesa Agropecuaria Rural e Indígena, Mateo Rendón, la expulsión de gases y ceniza del volcán de San Miguel también ocasionó daños en la producción agrícola e incidió en la caída de las estadísticas.
«Seguimos pidiendo que haya un fondo de emergencia para estas catástrofes nacionales, que haya un fondo de emergencia, adscrito al Ministerio de Agricultura para que podamos actuar pronto… Pedimos que haya un consejo especial de crisis conformado por la parte técnica, las autoridades y la representantes de las gremiales para que se pueda actuar en el momento», manifestó Rendón en conferencia de prensa.
Son muchos los factores que están provocando una crisis en el sector agrícola de El Salvador. La Confederación de Federaciones de la Reforma Agraria Salvadoreña (CONFRAS) considera que cada vez es más estrecha la disponibilidad de tierras para la producción de alimentos.
La confederación calcula que a la fecha, hay alrededor de 200,000 familias campesinas, que viven del cultivo de granos básicos, pero en tierras alquiladas.
Las diferentes gremiales consideran preciso que el Gobierno «cree un fondo especial de inversiones el cual debe estar incluido en el Presupuesto General del Estado, para el desarrollo de proyectos productivos que permita aprovechar el potencial de desarrollo existente en los diversos subsectores del agro nacional».
