El precio del progreso: el costo de hacer lo correcto

sostenibilidad

La crisis del costo de vida ha tenido un impacto significativo en los consumidores eco-conscientes, afectando su capacidad para tomar decisiones sostenibles y ejerciendo presión sobre las marcas. Para algunos, eso ha significado renunciar a lo más sostenible en favor de lo más económico. Este compromiso no es un asunto menor. Los productos bajo la bandera verde tienden a ubicarse en niveles de precios premium, lo que los hace menos accesibles para las masas.

Presión sobre las personas

Los Eco-Activos apenas están aislados de estas presiones económicas. Aunque desean productos ecológicos, a menudo carecen de la flexibilidad financiera para adquirirlos.


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Y este no es un problema confinado a una ubicación específica. Desde Argentina, donde el 36% cae en esta categoría, hasta Brasil (32%), Colombia (49%), Perú (30%) y el Reino Unido (23%), una parte significativa de los Eco-Activos dice que están ‘batallando’ para llegar a fin de mes. Aquellos que dicen estar ‘cómodos’ tienen más poder adquisitivo.

Presión sobre las marcas

Las marcas enfrentan tensiones crecientes al navegar la crisis del costo de vida y las expectativas de sostenibilidad. Por un lado, se espera que demuestren más acción en sus esfuerzos Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo (ESG) ante inversores institucionales. Por otro lado, son presionadas por consumidores que desean productos más sostenibles y amigables con el medio ambiente, pero no están dispuestos o no pueden pagar más. La confianza en las marcas está disminuyendo, dando a los consumidores otra razón para comprar productos de marca privada a medida que las presiones de precios continúan. Solo el 42% de las personas a nivel global confían en que las marcas no suban sus precios innecesariamente. Junto a esto, persiste la brecha entre valor y acción, siendo el costo percibido de las opciones ecológicas la principal barrera para tomar decisiones más sostenibles. Esto es cierto en todas las regiones, con un 60.9% que menciona esto como una barrera para comprar de manera sostenible. La mayor diferencia entre regiones fue la dificultad para encontrar productos, con más del 50% mencionándolo en América Latina y Asia, y solo el 32% en Europa.

Presión sobre minoristas

Los minoristas también enfrentan presión por parte de los consumidores. Los encuestados nos han dicho que quieren que los minoristas tomen más medidas para reducir el exceso de envases en sus propios productos. El 55.1% de las personas dijeron que quieren que los minoristas hagan de esto una prioridad. Dado el crecimiento de las ventas de productos de marca privada en toda Europa —según el Barómetro de Europanel, ahora más de la mitad de los compradores adquieren productos de marca privada—, una respuesta por parte de los minoristas en este sentido podría tener un impacto significativo en la reducción de residuos. Otra demanda de los minoristas fue reducir los desechos en su cadena de suministro (46.9%).

Para complicar aún más la gestión de las condiciones del mercado, todavía existe un fuerte deseo de productos y prácticas sostenibles, a pesar de las limitaciones financieras.

Las marcas y minoristas tienen la oportunidad de apoyar a los consumidores en la toma de decisiones sostenibles al ofrecer opciones ecológicas asequibles, proporcionar promociones en productos sostenibles y reducir el exceso de envases.

Ver también: Cómo las compras sostenibles superan la barrera del precio

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