Ecommerce: Principal canal de distribución de productos falsificados

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Con la llegada de la pandemia de la COVID-19 el comercio electrónico se disparó, aumentando en todo el mundo más de un 20% en comparación con 2019. Su importancia fue tal que uno de los mayores esfuerzos que se está realizando ahora para consolidar la recuperación económica pasa por conseguir que las pymes se sumen a este comercio online. Sin embargo, hay motivos para estar alerta y vigilar esta nueva forma de comprar: más del 50% de los productos falsificados incautados en las fronteras de la Unión Europea proceden del comercio electrónico, según revela el nuevo estudio de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

En cuanto al origen de los productos falsos comercializados en línea, China ocupa el primer lugar, con más del 75% de las incautaciones de productos falsificados. Le siguen: Hong Kong, con un 5,7%; Turquía, con un 5,6%; y Singapur, con un 3,3%. Si hablamos del país que tiene los productos falsificados adquiridos online de más valor, China vuelve a aparecer, con una cuota del 68%. Respecto a lo que más se falsifica, los datos recogidos en el informe son los siguientes: productos de perfumería y cosmética (75,3%), productos farmacéuticos (71,9%) y las gafas de sol (71,3%). Estos tres son aquellos que cuentan con el mayor porcentaje de retenciones relacionadas con la compra en línea.


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Este informe se ha presentado hoy bajo el título ‘Uso indebido del comercio electrónico para el comercio de productos falsificados’, y ha servido para confirmar que la tendencia de comprar vía online se aceleró durante la pandemia. También se apunta que la mayor parte del comercio ‘online’ en todo el mundo se realiza de empresa a empresa, con un 82% del valor total, mientras que el 18% restante corresponde al comercio de empresa a consumidor.

Retenciones de poco valor

No obstante, el valor de las retenciones relacionadas con productos falsificados vendidos de manera online es mucho menor que el de los productos que no proceden del comercio electrónico, sino que se envían a través de contenedores en cualquier medio de transporte (carretera, ferrocarril, aire y mar). Las incautaciones de ventas en línea representan solo el 14% del valor total de las retenciones, frente al 86% de las retenciones relacionadas con productos enviados por contenedor.

Sin embargo, algo muy habitual es que estos productos que se envían en contenedores se destinen a centros de distribución en la UE, y desde ahí se envíen a consumidores que los han adquirido de manera online. Según el estudio, esto indica que el papel real del comercio electrónico dentro del mundo de las falsificaciones es considerablemente más importante.

Las autoridades policiales han informado de que, además de aumentar las oportunidades para la difusión de las falsificaciones, ha influido mucho que la ciberdelincuencia ha sufrido un gran cambio. Los delincuentes se aprovechan de las personas que teletrabajan y que tienen una infraestructura menos segura para cometer diversos tipos de fraudes electrónicos. Entre los fraudes más comunes se encuentran: pagos por un producto que nunca llega, intentos de robo de identidad, suplantación de identidad o fraude de inversión en criptomonedas.

Otra de las tendencias claves de las que se habla en el estudio es la del comercio de paquetes pequeños, medio por el cual las empresas hacen entregas directas a los consumidores. Solo entre 2015 y 2019, el tráfico de paquetes aumentó en más de un 70%, hasta alcanzar los 21 300 millones de artículos en todo el mundo en 2019.

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