Ecommerce: El transporte ya no se paga como antes

El pago es la nueva frontera donde transporte público y comercio electrónico se dan la mano. Recuerdo en mi infancia moverme por Madrid en el autobús rojo. Por aquel entonces (no hace tanto de aquello) sacábamos el bonobús – un cartón rectangular con 10 líneas que marcaban cada uno de los viajes disponibles – y lo pasábamos por una validadora que hacía una muesca en el cartón, lo que indicaba que el viaje había sido consumido. Si perdías o se te rompía ese cartón, podías olvidarte de subir al autobús.

Hoy el transporte público ha evolucionado mucho. Reconozco que he cambiado el autobús por los VTC, taxis o alguno de los muchos operadores de car sharing (o incluso patinetes). Pero en ninguno de estos casos me imagino llevando un cartón en la cartera para pagar mi viaje. Es más, ya no llevo ni cartera. Un momento, pensándolo bien… Ya ni siquiera pago.


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La revolución en el transporte es digital. El verdadero cambio en la experiencia del usuario de estos servicios es esa sensación de subirte al vehículo, viajar y bajarte. Como si fuera tuyo. En esa experiencia no hay un pago o, mejor dicho, el acto de pagar no interfiere en la experiencia. A esto en nuestro mundo lo llamamos el “pago invisible”.

En este contexto, el servicio prestado se cobra al usuario a través de una pasarela de pago online, como si de una compra de comercio electrónico se tratase. Pero este pago, que se realiza de forma transparente para el usuario, sin necesidad de llevar la tarjeta en

el bolsillo, ha de tener las mismas garantías de seguridad que un pago realizado en una tienda. Santander España Merchant Services con
su experiencia en comercio electrónico, está haciendo posible un pago seguro y transparente en el nuevo presente del transporte en España.

El pago invisible se sustenta en la tokenización de los datos de pago, así como en el análisis del fraude en cada transacción. Una vez registrados los datos de pago del usuario, estos se convierten en un código (o token) que únicamente el operador podrá utilizar para ordenar el pago de sus servicios. Así, los datos de pago del usuario están siempre protegidos, y la transacción se produce de manera segura.

Este método es un gran aliado desde hace años en el comercio electrónico, ya que la tokenización también es la base del pago en un click. Gracias al token, se están creando de forma segura las nuevas experiencias que desdibujan la frontera entre el mundo online y el mundo físico. En los próximos meses (la evolución tecnológica ya no se mide en años) ya no será necesario ir a un punto físico a recargar la tarjeta de transporte, y el crecimiento del número de operadores y usuarios llevará a la creación de agregadores de servicio que permitirán pedir y pagar el coche, la bici o el patinete de diferentes operadores desde una sola App.

Pero, ¿cuál será el panorama de la movilidad en el futuro? Según Eduardo López, Director de Automoción en Santander España Merchant Services “Habrá grandes operadores globales, pero también pequeños proveedores locales que cubran un nicho o área geográfica. En este escenario, el problema a solucionar será que el usuario tendrá que dar sus datos – incluidos los de pago – a cada uno de los operadores que quiera utilizar”. En este sentido, Santander colabora con otras multinacionales en una iniciativa de innovación en la que se buscan soluciones para la movilidad del futuro. Santander España Merchant Services realizará próximamente un piloto que mejora la experiencia del usuario al darse de alta en los diferentes operadores. “Utilizando la tecnología blockchain, podremos almacenar los datos del usuario (incluidos los de pago) de forma segura y con garantías para que este pueda compartirlos entre los diferentes operadores y así hacer su proceso de alta más transparente y sencillo” subraya Eduardo López.

¿Es tan importante esta revolución digital en el transporte? Por supuesto, aunque podría pensarse que, al fin y al cabo, este nuevo concepto de movilidad está reducido al centro de las grandes ciudades, y no aplicará para el resto de los que viven en el extrarradio, o quienes viven en núcleos urbanos más pequeños. Sin embargo, esta revolución en el transporte público quedará eclipsada por la gran disrupción del coche autónomo.

En este momento, ya se están haciendo pruebas en Estados Unidos de coches que se conducen solos. Y la evolución va a un ritmo vertiginoso. Según la consultora MSI, en 2025 el 24% de los vehículos nuevos tendrá un alto nivel de autonomía, mientras que para 2030 aumentará hasta un 59% del total.

En este futuro cercano, tener un vehículo en propiedad no será tan necesario. Los fabricantes se convertirán en operadores de servicios que harán que un coche autónomo pase a recogerte cuando quieras para llevarte a tu destino. Subes, viajas, y te vas. Como si fuese tu propio coche. Y detrás de es.a fantástica experiencia, de forma segura y transparente, estará nuestro pago invisible.

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