Ecommerce: Artículos devueltos (y nuevos) que acaban en la basura: ¿exacerba el e-commerce el consumismo?

En el universo del e-commerce tan fácil es comprar como devolver los productos previamente adquiridos. Si compramos un artículo a través de internet y finalmente no nos convence, ¿por qué deberían dolernos prendas a la hora de devolverlo?

Como consumidores estamos perfectamente en nuestro derecho de devolver aquellos productos que no terminan de satisfacernos. ¿El problema? Que gran parte de los productos que compramos por internet y que a continuación devolvemos acaban en el cubo de la basura (pese a estar intactos).


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Gigantes del comercio electrónico como Amazon y Zalando destruyen gran parte de los artículos devueltos por sus clientes. Por eso, y conscientes de esta auténtica aberración, Los Verdes de Alemania quieren poner coto a esta espiral de destrucción.

A juicio de Katrin Göring-Eckardt, la presidenta de la fracción de Los Verdes en el Bundestag, la destrucción indiscriminada de devoluciones por parte de los retailers que se desenvuelven en el ámbito del e-commerce constituye “una perversión de la sociedad de consumo”. Y se trata una situación que de alguna manera está siendo alentada por el estado.

La destrucción indiscriminada de artículos devueltos, «una perversión de la sociedad de consumo»

Para frenar la aniquilación de prácticamente todos los artículos devueltos que llegan a manos de las empresas de comercio electrónico Göring-Eckardt ha presentado un plan de tres puntos. El primer de esos puntos pasa por la prohibición de la destrucción de los productos totalmente nuevos devueltos por el cliente. El siguiente punto sugiere que los artículos devueltos que no puedan ponerse de nuevo a la venta deberían ser donados a ONGs o a grandes almacenes de naturaleza social. Y el tercer punto del plan de Göring-Eckardt dispone que las materias primas empleadas en la fabricación de artículos devueltos sean adecuadamente reutilizadas.

De media son devueltos en Alemania uno de cada seis paquetes, asegura Göring-Eckardt. Esto se traduce en aproximadamente 500 millones de artículos retornados cada año (fundamentalmente zapatos y ropa, pero también cafeteras, lavadoras y smartphones). “Muchos de estos artículos son totalmente destruidos tras su devolución”, denuncia Göring-Eckardt. “Se trata de productos nuevos que funcionan perfectamente y que como mucho presentan algún que otro rasguño”, apostilla.

En un documental emitido el año pasado por la cadena pública alemana ZDF una empleada de Amazon confesaba que ella personalmente destruía todos los días artículos por valor de varias decenas de miles de euros.

Aquel documental provocó un acalorado debate social en Alemania, donde Jochen Flasbarth, el ministro de Medio Ambiente en aquel país, tildó la situación de “gigantesco escándalo”. Además Greenpeace recogió por aquel entonces casi 150.000 firmas para prohibir la destrucción indiscriminada de las devoluciones en el e-commerce.

En Francia quieren cortar de raíz este grave problema y a partir del próximo verano estará prohibida por ley la destrucción de productos nuevos en el país vecino. Allí se destruyen cada año productos nuevos por valor de 600 millones de euros.

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