Colombia: Peluquerías y gimnasios serían los últimos en abrir sus establecimientos

Salón de peluquería, espejo, fotos, utensilios de belleza, sillas rosadas

Si bien se viene flexibilizando la apertura de algunos sectores en el país, la realidad es que todo lo que se pueda agrupar en el concepto de economía de contacto como peluquerías, spa, gimnasios y centros especializados para recuperación física, serían los últimos en abrir.

“Es difícil porque nuestro trabajo, como todo el mundo lo sabe, es directo. Es un trabajo de contacto”, afirma Martín Vidal, propietario de una de las marcas de estética más importantes en este segmento.


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De acuerdo con las cifras de Confecámaras, en Colombia hay alrededor de 44.432 empresas agrupadas en la categoría de peluquerías y otros tratamientos de belleza. Mientras que, aunque no hay información muy clara al respecto, el gremio de los comerciantes manifiesta que este número podría llegar a las 100.000.

“Estas actividades pueden estar empleando unas 300.000 o 350.000 personas y en este momento están sin facturar porque están cerradas”, manifiesta Alberto Mario Rincón, director ejecutivo de L’Oréal Colombia.

Por la esencia de sus servicios, los ingresos de estas empresas se vieron afectados entre un 50% y un 70% casi dos semanas antes del 20 marzo. Y es que, si bien grandes cadenas como Martín Vidal -que tiene una nómina de 117 empleados- se encuentran afectadas, los medianos y pequeños centros de belleza no se quedan atrás.

John Navas, propietario de la firma que lleva su nombre, cuenta con 11 colaboradores de planta y 29 personas de participación como estilistas, manicuristas y asistentes. “Para la nómina regulamos salarios con todas las personas y se les está pagando. A los participantes se les está dando un subsidio de acuerdo a la antigüedad dentro de la empresa”, destacó.

Entretanto, esta crisis se acentúa en los pequeños propietarios. “La situación actual del negocio es muy delicada, pues ya llevamos dos años de una crisis económica fuerte y ahora está circunstancia lo hace más complejo”, manifiesta Andrés Rodríguez, estilista y propietario del salón de belleza Andrés Manuel Studio. Añade que “estas deudas más los pagos de arriendos y nóminas, serán los que se lleven la poca utilidad que pueda dar el negocio, si es que existe”.

Como representante de este sector, Fenalco envió la semana pasada al Gobierno una propuesta de protocolos para que las peluquerías estén preparadas para abrir cuando las autoridades así lo dispongan.

“Hay algunos negocios que implican más cercanía y más aglomeración, pero tienen que poder abrir porque es gente que necesita vivir y comer. Entonces lo ideal es que, unido a un protocolo muy estricto, estas personas puedan volver a prestar servicios”, destacó Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco.

OTRAS ACTIVIDADES

Junto con las peluquerías, otros centros especializados en tratamientos de belleza y de cuidado corporal como los spa, también están afectados. “Creo que nuestro negocio va a ser uno de los últimos en operar, por lo que es considerado de recreación y no de primera necesidad. Aunque estamos dentro del área de la salud corporal y mental, muchos pacientes sienten la necesidad de recurrir a nuestros servicios teniendo en cuenta el estrés que se vive”, destaca Glenda Bernal, directora de Makuira Beer Spa.

De otro lado, en el segmento de acondicionamiento físico, en el que se incluyen gimnasios, escuelas deportivas y otros renglones asociados a este tipo de actividad, el Gobierno ha sido enfático en que se encuentran en el último de los grupos de la reapertura.

De acuerdo con Confecámaras, entre actividades deportivas, escuelas de enseñanza y clubes, hay más de 3.300 empresas.

Y es que el martes de esta semana los representantes de Centros Médicos Deportivos (CMD) y de Centros de Acondicionamiento y Preparación Física enviaron una carta al Gobierno Nacional reiterando la propuesta del posible protocolo para su funcionamiento, además de suministrar información detallada sobre la afectación del sector. Las empresas firmantes emplean alrededor de 20.000 personas y brindan servicio a 1,7 millones de usuarios en el país.

Finalmente, hay 1.507 actividades de apoyo terapéutico registradas en las cámaras de comercio del país. “El futuro de la empresa es incierto porque no sabemos cuánto vaya a durar la pandemia, no sabemos si vamos a volver a poder salir a trabajar, o si cuando estemos trabajando nos vayan a volver a mandar a cuarentena”, advierte Lizeth Páez, fisioterapeuta de Colfisios, empresa que lleva 15 años prestando este servicio.

LA REINVENCIÓN

Aunque la totalidad de esta economía de contacto se encuentra actualmente suspendida y con mucha incertidumbre respecto a lo que viene, el internet y las herramientas virtuales se han convertido en la mejor estrategia de reinvención.

“El e-commerce viene con un crecimiento poderoso frente a lo que venía vendiendo en el pasado. En consumo masivo, que es donde estamos nosotros, nos adelantamos unos dos o tres años. Y cuando se levanten las medidas de confinamiento el e-commerce seguirá vendiendo al mismo ritmo porque el cliente comenzó a confiar, destaca el Director de L’Oréal.

En esta línea, las redes sociales están siendo utilizadas para asesorar a clientas de establecimientos como John Navas y Martín Vidal. Además, otras plataformas como Rappi son dentro de la cuarentena el canal de envío para la comercialización de los productos.

En cuanto a gimnasios, compañías como Smart Fit, que tiene cerca de 2.000 colaboradores directos e indirectos, han habilitado de manera gratuita la página web para que todos los colombianos puedan acceder a las clases oficiales, entrenamientos, contenidos, y consejos para ejercitarse en casa.

Mientras que los centros terapéuticos como Colfisios abrieron una plataforma virtual para prestar servicios a los pacientes, donde se hacen consultas que duran entre media hora y 45 minutos.

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