Mientras cadenas de almacenes vuelven a abrir sus puertas, pequeños negocios se debaten entre los pagos de nómina y las pocas ayudas que han recibido.
La reactivación del sector de la construcción también involucra la cadena de suministro de materiales e insumos exclusivamente destinados a la ejecución de obras de edificaciones.
Las ferreterías pueden comercializar a través de llamadas telefónicas, servicio a domicilio y plataformas digitales, pero no pueden abrir al público.
En el sector manufacturero están exceptuadas del aislamiento las empresas de la cadena de producción, abastecimiento, almacenamiento, reparación, mantenimiento, transporte, comercialización y distribución de subsectores exceptuados.
Este proceso ha permitido que tanto los grandes como los pequeños comercios que abastecen los sectores reactivados comiencen a retomar su operación de manera gradual y cada cual a su propio ritmo. Sin embargo, la liquidez plantea un gran reto para pequeños.
Los grandes
Uno de los grandes jugadores en Colombia como es Sodimac Corona Homecenter ya retomó operaciones en varios de sus almacenes en el territorio nacional, incluyendo a Barranquilla.
“Luego de un análisis cuidadoso de los lineamientos establecidos por el Gobierno nacional, las buenas prácticas identificadas por las autoridades sanitarias y las recomendaciones de los expertos, abriremos algunas de nuestras tiendas a partir del día 17 de abril, respondiendo a la demanda de artículos de primera necesidad y ordinario consumo para instituciones prestadoras de servicios de salud y ciudadanos”, informó la empresa ene un comunicado en su página web.
La cadena ahora no solo abastece al sector salud, sino también apunta a la construcción. Además, según publicó la compañía en su cuenta de Twitter, “dispuso de un estricto protocolo sanitario y de seguridad para que la visita de clientes y estancia de colaboradores sea segura”.
El protocolo inicia con la medición de temperatura y la recolección de datos personales en la entrada de los almacenes. Posteriormente, los visitantes podrán lavarse las manos y desinfectar las suelas de sus zapatos, entre otras medidas.
Sobre la reapertura en Barranquilla, el secretario de Gobierno distrital, Clemente Fajardo, comentó que la cadena Homecenter es un “almacén de grandes superficies”, por lo que estaría autorizado para reiniciar operaciones.
Ferreteros preocupados
A pesar de catalogarse como una “pequeña ferretería”, el compromiso con los 24 trabajadores y sus familias es “muy grande” y por eso “hace de tripas corazón para poder pagar la nómina”, dice Jaime Rueda, dueño de Ferretería Rueda en Barranquilla.
Afirma haber sacado dinero de su bolsillo para poder pagar la quincena del pasado 30 de abril.
Rueda dice que la crisis a raíz de la cuarentena lo ha “apaleado”, ya que las ventas han disminuido drásticamente.
Ahora los locales deben permanecer cerrados con entregas a domicilio y ventas en línea, pero señala que “los ferreteros no tomamos en el pasado esto del comercio en línea en serio, sobre todo por ser pequeños”.
Sobre la reapertura de Homecenter confiesa que la ve “con cierto recelo” y que considera que implica una “desigualdad”, ya que según su experiencia al visitar una tienda de la cadena, “las personas se llevaban todos los artículos, no solo lo que están permitidos”.
Mientras Rueda finaliza un proceso para reinventarse, su pequeña ferretería despacha ocasionalmente“a través de una rendija” entre un 10% y un 15% de lo que factura normalmente en un día normal, manteniendo las normas de distancia y sin contacto físico con el cliente.
Una situación similar vive Pablo Miranda, dueño de una microferretería en Soledad. “Ahora mismo se está vendiendo por mostrador a través de una reja y no es lo mismo”, dijo.
“Todos conocen cómo es este país con las prioridades para los grandes”, mencionó al referirse a la reapertura de Homecenter. “De hecho, en el sector bancario muy poco han ayudado a los pequeños. Al contrario, a mí no me han dado ningún apoyo con respecto a la contingencia. No han sido condescendientes con uno”, afirma.
Otros negocios abren “a hurtadillas”
En un recorrido realizado por EL HERALDO se encontró que algunos negocios pequeños están operando, entre estos hay papelerías, misceláneas y establecimientos de reparación mecánica, entre otros, esto ante la necesidad de generar ingresos.
“La verdad es que nosotros trabajamos del día a día por nuestra cuenta. Hasta ahora no hemos recibido ayuda del gobierno. Tenemos que salir a trabajar por nuestra cuenta porque tenemos una familia que alimentar”, comentó un mecánico que labora en un taller ubicado en el centro de la ciudad.
Confesó que en época de cuarentena “no es mucho lo que se lleva de ganancia”, la cual oscila entre $15.000 y $20.000, lo que alcanza para el sustento alimenticio diario en su hogar, donde tiene bajo su cuidado a cinco hijos. Plantea la situación con los policías como ambigua, pues “algunos dejan trabajar y otros no, porque les exigen cumplir con la orden de que la gente se quede en sus casas”, dijo.
“En Soledad nadie se acerca. Toca venir a Barranquilla a buscar el sustento diario para la casa”, comentó otro obrero mecánico, a quien ya le fue aplicado un comparendo por $963 mil por violar la medida de ‘pico y cédula’.
“Uno se tiene que exponer a la Policía. Nos tenemos que esconder para no meternos con ellos y salir perjudicados”, reveló. Más allá de ayudas alimenticias o elementos de bioseguridad, sólo una petición le hace al Gobierno: “Déjennos trabajar, ya que uno vive es del día a día”.
Asegura que tiene tres hijos que lo aguardan a diario y que por lo general su presupuesto cada 24 horas es entre $20.000 y $25.000, aunque a veces “no alcance y tenga que pedir fiado en la tienda”.
