Directv fue la voz cantante que se opuso en primera instancia a la integración de Fox y Disney en Colombia. Desde su punto de vista este negocio haría que se concentraran los canales deportivos internacionales más importantes (Espn y Fox Sports) en un solo proveedor y esto limitaría la competencia.
De acuerdo con las investigaciones de la Superintendencia de Industria y Comercio, en cabeza de Juan Pablo Herrera, delegado para la protección de la Competencia, Disney quedaría con menos del 20 % de participación en entretenimiento y adquiriría liderazgo solamente en lo que tiene que ver con la producción y suministro de películas para teatros, segmento en el que alcanzaría una participación de 28 % tras este proceso empresarial .
La solicitud de la compañía es entendible si se tiene en cuenta que en Estados Unidos la integración se dio con el condicionamiento de que no se incorporaran canales de noticias y su división de canales deportivos. En la Comisión Europea sucedió lo propio con algunos canales culturales.
En Brasil se determinó que por los niveles de audiencia de canales deportivos, la transacción “ostentaría una posición de ventaja en el segmento, relativo a sus competidores”, escribió Ernesto Piedras, director General de The Competitive Intelligence Unit, en el diario mexicano El Economista.
Piedras señaló que las autoridades latinoamericanas debían hacer lo propio con miras a proteger a los consumidores y el mercado “al verse obligados a contratar por un mayor gasto, contenidos que hoy se incluyen en la programación contratada”.
El negocio pone en el análisis una posible confusión en Latinoamérica. Según reseñó el columnista Antonio Aja, en El Economista, en la región es común pensar que las decisiones de Estados Unidos aplicarían en la región. La realidad es otra: “Fox Sports en América Latina forma parte de una unidad de negocios diferente a la estadounidense”.
Finalmente, en estas transacciones hay dos caras, la de los empresarios y los consumidores. Para el profesor de la Universidad del Rosario, Giovanni Reyes, “al convertirse algunas empresas en monopolios esto implica que pueden poner precios y condiciones de mercado”. Para el consumidor, limita sus posibilidades y la opción se vuelve en “no participar del servicio”.
Herrera se mostró tranquilo del aval en el país —que estuvo basado la medición de audiencias de Ibope, e ingresos— para ocho mercados relevantes: producción y suministro de películas, contenidos de televisión, operación y suministro mayorista de canales de televisión, suministro de espacios publicitarios, productos de consumo, libros y revistas, licenciamiento de derechos musicales y para desarrolladores de videojuegos.
