Covid-19 y teletrabajo: Acelerando la llegada de la empresa digital

 

La pandemia del coronavirus ha encontrado desprevenidas a varias empresas que han optado por adelantar el proceso de digitalización que si bien venía en alza, aun contaba con reparos.

Si hay una palabra que ha definido el 2020 en materia laboral es sin duda el teletrabajo. La situación producida por la pandemia del Covid-19, junto con las constantes cuarentenas sanitarias han obligado a muchas empresas a tomar medidas desde muy temprano para seguir funcionando con su plana de trabajadores en sus casas.


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Un proceso de implementación que ha crecido con fuerza, sobre todo en Chile: según un estudio realizado por la Asociación Chilena de Seguridad, el 95,3% de las empresas del país ha adoptado la modalidad de teletrabajo, una realidad bastante nueva para nuestro territorio, considerando que el 81,3% recién adoptó estas medidas desde el inicio de la crisis sanitaria.

Por supuesto, para muchas empresas se trata de un proceso que no ha sido fácil: según el índice de Tranformación Digital de Empresas de la Corfo, solo un 20% de las compañías chilenas considera que su manejo sobre la digitalización de sus servicios está sobre el nivel “intermedio”. La pregunta que cabe hacerse entonces es ¿Es el teletrabajo una medida parche para sobrevivir la pandemia o bien, puede ser la oportunidad de dar un salto final hacia la inevitable digitalización de nuestros servicios?

Traspaso a la medida

Para Matías Gil, Gerente Comercial de Servicio TI en Gtd, el teletrabajo en tiempos de pandemia ha servido para demostrar la importancia de que las empresas, posean sus servicios digitalizados y disponibles en la nube. “Aquellas empresas que han logrado sus estrategias de digitalización hoy tienen la tranquilidad de saber que sus sistemas tienen una continuidad operativa y con sus recursos disponibles prácticamente sin riesgos”.

Cita como ejemplo a las compañías que poseen aun sus servicios y aplicaciones de manera local “on premise”, los que necesitan personas en terreno para poser resolver cualquier enventualidad, lo cuál, con las restricciones de movilidad de estos tiempos, puede resultar en demoras.

Pero la pregunta que cabe hacerse es ¿Vale la pena digitalizar la empresa solo por estar en período de cuarentena?

A Richard Poore, Regional Director of Sales de Digital Workspace Company, no le gusta hablar del teletrabajo como un parche, sino más bien como una oportunidad para empezar a evaluar efectivamente qué procesos pueden comenzar a virtualizarse.

“Estamos viviendo una nueva realidad en donde ningún extremo es bueno: ni todo puede ser 100% teletrabajo ni tampoco tenemos que volver a las viejas oficinas y es en ese contexto en que las empresas deben comenzar a analizar cómo la nube podrá ayudar a mantener la operación viva”, nos explica el experto, quien dice que el primer paso para lograr un traspaso digital eficiente es analizar la infraestructura que se posee y qué será necesario volcar a lo digital para asegurar la continuidad del negocio.

“Se piensa que el teletrabajo significa enviar a alguien a su casa con una laptop y la clave para entrar a la nube de la compañía. Eso no es teletrabajo pues además debe existir un enfoque de cambio estructura que tome en cuenta la calidad de vida de los colaboradores”, señala Poore.

Sobre esto, Matías Gil explica que en Gtd hay una amplia oferta de sistemas de nubes tanto públicas como privadas y locales que sirven precisamente para diferentes requerimientos como enfocarse en velocidad, seguridad y hasta en la localización física de estos servidores.

Por ejemplo, una universidad debería preocuparse de contar con sistemas para mostrar clases en línea y habilitar entregas de trabajos y pruebas, además de acceso remoto a sus archivos, mientras que un negocio de comida debe enfocarse en la logística no solo del delivery, sino que también en la recepción de órdenes.

La clave, señala el especialista, es pensar que el cloud computing y el teletrabajo no sean soluciones para el momento, sino que se vean como una oportunidad para lograr lo mismo que se ha hecho hasta ahora pero de una manera más eficiente y desde esa nueva posición, proyectarse para crecer.

“Para los empleados representa calidad de vida y tiempo ganado al evitar los traslados. Para las empresas es reducción de costos y adaptación a tecnologías que van a dominar el futuro. Y para la sociedad significa apoyar un modelo sustentable de trabajo”, agregó Poore.