El singani boliviano, un destilado de uva con profunda raíces y una Denominación de Origen, está a punto de iniciar su conquista del mercado europeo. Este mes marca un hito significativo para esta emblemática bebida nacional, ya que se llevarán a cabo dos catas en Europa para oficialmente presentar el singani a los paladares europeos. La primera cata se llevará a cabo en la ciudad de Nivelles, Bélgica, mientras que la segunda tendrá lugar en la capital, Bruselas. Estos eventos son posibles gracias a las gestiones de certificación y laboratorios realizadas por la Embajada de Bolivia en Bélgica, allanando el camino para que el singani sea promocionado y consumido en la Unión Europea.
La llegada del primer cargamento de exportación de singani a Europa en 2023 es el resultado de la colaboración entre las empresas «Iskay» en Bélgica y «MiskiSimi» en Alemania, ambas compuestas por connacionales bolivianos y residentes en el exterior. Para cumplir con las regulaciones europeas, las bodegas del producto realizaron modificaciones en la presentación y el diseño de las etiquetas de las botellas, que reflejan la identidad de origen, inspiradas en los bordados de la vestimenta chapaca, en un orgulloso tributo a Bolivia.
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Las catas y muestras del singani se llevarán a cabo en eventos de alto nivel en Bélgica, donde expertos en eventos, hotelería, cultura y turismo de todo el mundo se reúnen para ampliar sus redes de trabajo y oportunidades en encuentros B2B. Además, en Bruselas, se espera la participación de diversas instituciones y actores comerciales de renombre, como la Cámara de Comercio e Industria de Flandes, la Cámara de Comercio e Industria de Valonia Picarde y la Agencia Belga de Comercio Exterior, entre otros.
Estos encuentros brindarán a los visitantes la oportunidad de saborear y degustar cócteles exclusivos elaborados con singani, ofreciendo una experiencia única que combina la tradición y la autenticidad de esta bebida boliviana. En un mercado belga que se caracteriza por su cultura de cervezas y licores, el singani boliviano tiene el potencial de experimentar un crecimiento significativo en los próximos años, lo que representa una gran oportunidad para esta joya de la viticultura boliviana. La singularidad de este destilado de uva, producido en las alturas de Tarija, Bolivia, promete cautivar a los paladares europeos con su distintivo aroma, sabor y consistencia, enriqueciendo aún más el legado culinario de Bolivia en el escenario internacional.
Con información de Los Tiempos
