En el otro extremo de la cadena, el productor ganadero también tiene condicionantes. El clima le pegó de lleno a gran parte de los rodeos y la oferta de carne será -una vez más- acotada, lejos de los planes del Gobierno en los que se vislumbraba un escenario de crecimiento.
El propio ministro de Agricultura, Julián Domínguez, reconoció que el país “va a tener menos oferta de carne” debido al impacto de la sequía y los incendios en gran parte del noreste. Es que las provincias que más se vieron afectadas por el fuego contemplan cerca del 35% de las vacas de cría.
María Julia Aiassa, analista ganadera del Rosgan, aseguró en diálogo con Ámbito que el daño en la actividad pecuaria por cuestiones climáticas es irreversible, porque se cortó la última etapa de los servicios reproductivos. La especialista destacó que “hubo abortos, poca retención de esos servicios y eso impactará en la tasa de preñez de este año, es decir en las pariciones de 2022 y en la zafra de terneros de 2023. Vamos a tener un impacto de corto y largo plazo”.
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