La medida busca de alguna manera limitar los precios de la bebida nacional en las góndolas por parte del Gobierno Nacional. Patricia Ortiz, titular de Bodegas de Argentina, lamentó la decisión porque los productos «vienen perdiendo contra la inflación desde hace tres años y eso afecta a la producción».
En ese aspecto, la ejecutiva resaltó que «la prioridad es mantener el consumo y que los argentinos no busquen bebidas alternativas». En consonancia con sus palabras están los datos revelados por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV): durante el 2020, el año donde comenzó la pandemia, los argentinos tomaron 6,5% más vino que durante el 2019, unos 57 millones más de litros entre ambos períodos, algo que representó el volumen más alto de los últimos cinco años en el país.
A pesar de ese buen presente, Ortiz asegura que la pérdida contra la inflación comienza a complicar a los productores: «Los precios han aumentado de manera exponencial. Los insumos como el cartón y el vidrio están dolarizados y no se puede trasladar a los precios. Esto termina complicando sobre todo a los pequeños y medianos productores que alcanzan a llegar al supermercado».
La titular de Bodegas de Argentina también explicó que «en el inicio de la pandemia se colocaron los Precios Máximos y recién cuando comenzaron a reactivarse las actividades salieron las listas nuevas. Esto dejó la oportunidad de subir 4% y 6% los precios durante todo el 2020, algo muy inferior a lo que fue la inflación. Ya este año salieron de ese programa y solo algunas bodegas quedaron en Precios Cuidados, los demás comenzaron a acomodar los precios».
De todos modos, Patricia Ortiz afirmó que como consecuencia «estas bodegas quedaron solas para ser evaluadas por la Secretaria de Comercio. Por eso, estamos teniendo conversaciones constantes con la Cámara y acompañando a los productores. Entendemos que el Gobierno quiere controlar la inflación y tener una referencia, pero nosotros estamos tratando de que vean los gastos reales que lleva producir el vino».
Finalmente, la bodeguera ilustró una de las formas de control que tiene el propio mercado vitivinícola en la Argentina: «Vos tenés diez jugadores que te dominan la góndola. Pero eso hoy está conformado también por las pequeñas y medianas empresas que hacen la gran competencia y eso hace un autocontrol entre las bodegas porque si se van para arriba pierden el mercado».