La industria argentina del vino ha enfrentado desafíos significativos, con una caída del 28,9% en las exportaciones hasta agosto. Sin embargo, a partir del 1° de septiembre, los productores vitivinícolas argentinos dejan de pagar el 4,5% de retenciones a las exportaciones, lo que representa un ahorro anual estimado de US$ 40 millones, según el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). Esta medida proporciona cierto alivio al sector, que ha estado buscando formas de mantener su competitividad.
A pesar de la eliminación de las retenciones, los bodegueros argentinos siguen enfrentando desafíos, y han expresado la necesidad de avanzar en tratados de libre comercio, siguiendo el ejemplo de su principal competidor, Chile. La caída del 29% en las exportaciones se ha atribuido a la falta de competitividad debido a la situación del tipo de cambio y al aumento de los costos en la producción de vinos.
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En los primeros ocho meses de 2023, Argentina exportó 131 millones de litros de vino, lo que representa una disminución de 53,1 millones de litros en comparación con el mismo período de 2022. Esta disminución del volumen se distribuye en vinos fraccionados y a granel, lo que refleja los desafíos que enfrenta la industria vinícola del país en un entorno económico y competitivo complejo. A pesar de las medidas de alivio, la industria del vino en Argentina busca soluciones adicionales para recuperar su posición en los mercados internacionales.
Con información de DFsud
