El etiquetado de alimentos en sudamérica: un panorama complejo
En gran parte de Sudamérica, se han implementado normativas de etiquetado frontal en alimentos con advertencias sobre la salud, cada una con sus propias especificaciones según los dictámenes de los gobiernos locales. Estas regulaciones surgieron en respuesta al aumento de enfermedades como la obesidad, la diabetes y la hipertensión, con la intención de alertar a la población sobre los productos poco saludables. Sin embargo, a pesar de estas advertencias, el consumo de estos alimentos no ha disminuido significativamente.
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Según un estudio reciente de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), nueve países de Sudamérica y el Caribe han promulgado legislaciones o normativas de etiquetado nutricional en la parte frontal del envase (ENPFE). Seis de estos países ya han incorporado etiquetas obligatorias en sus envases, incluyendo Argentina, Chile, Perú, Uruguay y Venezuela. Bolivia, Brasil, Colombia y Ecuador están considerando la adopción de estas etiquetas, algunas de las cuales podrían incluir un semáforo que indique la calidad nutricional del producto.
Aunque es demasiado pronto para medir plenamente el impacto de estas etiquetas en la toma de decisiones de compra, en Europa, donde se han utilizado etiquetas similares durante varios años, se ha observado que entre el 30% y el 70% de los consumidores revisan sus compras después de ver estas advertencias. Además de su función informativa, las etiquetas han ayudado a desmitificar ciertos productos que afirmaban ser saludables, pero que en realidad contenían excesos de ingredientes perjudiciales. Por lo tanto, el etiquetado frontal está desempeñando un papel importante en la concienciación del consumidor y en la transparencia de la industria alimentaria en Sudamérica.
Con información de The Food Tech
