Fernando Balzarini, director regional de Miebach Consulting, analiza las transformaciones de la supply chain que obligan a cambios fundamentales en la estrategia y en la operación logística, y que obligaron a la empresa a la transformación “Glocal”.
¿Cómo es el proceso de renovación de Miebach Consulting, y a qué se debe?
Miebach Consulting nació hace 47 años en Alemania, de la mano del Dr. Miebach, quien aún trabaja con nosotros y es el chairman del board. En ese momento, vio la necesidad de consolidar un actor, que hoy llamamos “integrador”, y se consolidó como el nexo entre la técnica y la realidad cotidiana de la operación. A partir de entonces, nos fuimos desarrollando y fuimos creciendo.
Una de las características de Miebach es estar presente con los clientes, porque si bien es posible globalizar y compartir las prácticas y el know how, las necesidades son locales. En este sentido y desde hace muchos años, la compañía decidió desarrollar sites y oficinas físicas en cada uno de los lugares con mayor actividad, y así fue creciendo en Europa y en América, hasta llegar a contar hoy con 25 oficinas en el mundo.
Pero ¿Qué ocurrió luego? Necesitábamos lograr respuestas más ágiles, y en el hemisferio norte están creciendo las relaciones a nivel corporativo. Cada vez más, las empresas desarrollan sus planes y sus implementaciones corporativamente: las decisiones son cada vez menos locales y más corporativas y regionales.
Esto nos empujó a rediseñar la compañía y hace cuatro años comenzamos una transformación que denominamos “Glocal”: reúne lo global y lo local, y hace referencia a una organización matricial con dos ejes principales: un eje ejecutivo y uno horizontal y técnico, centrado en cada una de las especialidades y servicios que ofrecemos.
Otro gran catalizador del mundo es el eCommerce, una forma de comercio utilizada fundamentalmente por los millennials, que llegó para instalarse en todo el mundo, sin importar el gobierno y cualquier otro factor. Hoy, los millennials son protagonistas y los consumidores son globales.
¿Qué implica ser el director de su espacio regional?
Estoy a cargo de América Latina, desde Colombia hacia el sur, mientras que otra persona es responsable en México, ya que en esta primera etapa debemos brindar mucho soporte presencial y así evitamos tiempos innecesarios de vuelo.
Además, la realidad mexicana es bastante particular: somos latinos y hablamos el mismo idioma, pero su escenario es totalmente diferente al chileno y al argentino, por ejemplo, y por el contrario, presenta muchas similitudes con los de Canadá y Estados Unidos.
Sudamérica incluso presenta una amplia diversidad. Tiene realidades e historias muy diferentes. La Cordillera de los Andes, por ejemplo, no es solo una división física, sino de criterios: hay países que miran hacia Estados Unidos y otros, hacia Europa. En los últimos 70 años, también, la inmigración que cada país recibió marca las tendencias y la cultura.
Tenemos un gran desafío: cada site de Miebach nació como una unidad de negocio que dependía de la casa matriz, y hoy queremos consolidarlos en una corporación.
¿Cómo incide en las localías el hecho de que las corporaciones negocien grandes porciones de mercado?
En la toma de decisiones, debemos ceder y negociar. Descubrimos que el conocimiento técnico no es suficiente, sino que debemos saber cómo acompañar.
Nosotros somos gestores de confianza y nadie nos toma exámenes. La confianza de saber que estás bien asesorado y complementado es fundamental, y eso está atado a la localía: cualquier empresa en Argentina tiene problemas diametralmente opuestos a los de su casa matriz en Estados Unidos o en cualquier sitio de Europa. Debemos entenderlo.
¿Cómo ve los avances en automatización en la región?
Vivimos una ola importante de desarrollos en la década de 1990 y ahora presenciamos un nuevo ciclo. Es importante diferenciar automatización de innovación, ya que muchas personas confunden los conceptos: es posible ser innovador sin necesariamente automatizar. Las automatizaciones se vuelven necesarias a la hora de tener que reducir el tiempo de operación al mínimo posible y sin equivocaciones, fundamentalmente en la gestión de bultos pequeños.
Toda nuestra logística estaba montada en el consumo masivo, caracterizado por grandes volúmenes de pallets o cajas cerradas. Hoy, por el contrario, el tamaño del pedido es igual al de la compra de un consumidor en un negocio
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