Megasis, el nuevo supermercado de Venezuela

Anaqueles de automercado con diferentes productos

La edificación, de unos 20.000 metros cuadrados, pertenecía a la cadena de hipermercados franco-colombiana hasta 2010, cuando la sacó del país Hugo Chávez.

En esa superficie, enclavada en una urbanización de clase media bordeada por la imponente montaña del Ávila, y con una panorámica de la empobrecida favela de Petare, abrió sus puertas el jueves pasado Megasis, una cadena que maneja una extensa red con más de 700 locales en Irán, y que es propiedad de Etka, un consorcio operado por el Ministerio de Defensa iraní.


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Después de que el lugar donde funcionó el Éxito quedara en manos del régimen venezolano, pasó a llamarse Abastos Bicentenario; y, en 2016, Tiendas CLAP, como parte de un programa para distribuir alimentos subsidiados a familias pobres, en el que participó Álex Saab, empresario colombo-venezolano arrestado el 12 de junio en Cabo Verde, acusado por Estados Unidos de lavado de dinero y de ser testaferro de Nicolás Maduro.

Pero Megasis, primer supermercado iraní en Venezuela, no solo es un nuevo desafío a Estados Unidos, un enemigo común para los dos regímenes, sino que representa una competencia para productores locales.

Entregar este supermercado a Irán es una “muestra que todo lo expropiado por el chavismo ha fracasado”, además de darle una “bofetada” a las sanciones de Washington, observa el economista José Manuel Puente, profesor del Centro de Políticas Públicas del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).

“Los iraníes están compitiendo de manera desleal, pues muchos de los productos que están trayendo no están pagando aranceles de importación”, subraya Puente.

Megasis fue abastecido con mercancía traída por el barco Golsan, que atracó en Venezuela el pasado 21 de junio. Antes llegaron cinco buques con 1,5 millones de barriles de gasolina, en medio de una merma crónica que golpea al país con las mayores reservas de crudo del mundo.

El supermercado iraní abrió sus puertas en un país encaminado a su séptimo año de recesión y su cuarto en hiperinflación, y en el que la crisis impide a cuatro de cada cinco venezolanos acceder a los productos de la cesta básica, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI), abordada por tres de las principales universidades del país.

Más allá de la retórica compartida contra Estados Unidos, la relación con Irán “no resolverá el ciclo de desastre que vive Venezuela”, remarca Puente.

Lo que hay en Megasis

Eso sí, Megasis ofrece generadores eléctricos, un producto fuera del alcance de la mayoría de venezolanos, pero cada vez más usados en un país que sufre cortes eléctricos diarios.

Durante los primeros días, cientos de compradores del supermercado Megasis analizaban con curiosidad productos como champús a base de ajo, frutos secos —no muy comunes en Venezuela— o mermeladas de verduras.

Pero los víveres más comprados eran los locales, como la harina de maíz de Alimentos Polar, el mayor productor privado de Venezuela. También se venden neumáticos, artículos para el hogar, lencería, ropa, carnes, cereales, golosinas y lácteos, entre otros productos.

En el interior del supermercado iraní, los clientes caminan curiosos por los amplios pasillos. Junto a productos iraníes, como ropa, encurtidos, miel, cordero enlatado y dátiles, se consiguen varios con la etiqueta ‘Hecho en Estados Unidos’, país con el que Teherán arrastra una enemistad de cuatro décadas.

Ana María Chávez, una maestra de 29 años, vecina del supermercado, ha sido clienta desde que pertenecía a la cadena Éxito. En esa época “era mejor”, cuenta a AFP tras comprar 12 rollos de papel sanitario iraní y productos de aseo que vio “más baratos” que en otros lugares.

Varios de los productos importados, como los garbanzos, tienen precios más competitivos que el propio arroz cultivado en Venezuela, gracias a la exoneración de impuestos a las importaciones de alimentos, una medida cuestionada por gremios agrícolas.

En el área de pescadería ofrecen especies locales además de salmón chileno a 30 dólares la pieza de 1,2 kilos. También hay porciones individuales sobre los 3 dólares que se “han llevado bastante”, dice uno de los vendedores.

Es una ‘gana gana’

“Los países sancionados podemos complementarnos, por ejemplo, Venezuela tiene muchos productos que en Irán no hay, y Venezuela tiene algunas necesidades que podemos abastecer”, declaró Issa Rezaei, viceministro de Industria iraní, a la televisión gubernamental venezolana con ocasión de la inauguración del nuevo supermercado, el 30 de julio.

“Esta es una relación ganar-ganar”, dijo Rezaei, a través de un traductor, después de señalar que los intereses del país persa en Venezuela, con la apertura del supermercado, son “económicos”, en un video difundido por la televisión pública venezolana.

“Y los intereses económicos no conocen límites, no conocen barreras, no conocen sanciones, sencillamente buscan su camino para darse”, añadió.

Irán y Venezuela han dicho que las sanciones de Estados Unidos contra funcionarios y empresas de sus países afectan a sus economías y torpedean el comercio y el derecho internacional.

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